Capítulo 6.

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En otras circunstancias, Izuku podría haber estado emocionado de estar en un crucero por el Mediterráneo, especialmente cuando el barco lucía como un hotel de cinco estrellas, incluidas mesas de cristal y palmas en macetas.

Concedido, no había visto mucho del barco antes que lo hicieran pasar a una gran cabina debajo de la cubierta que servía como una habitación temporal para todos los chicos y chicas participantes en la subasta.

Izuku luchó por mantener su expresión adecuadamente emocionada mientras veía a los demás charlar agitadamente sobre la subasta, la cual supuestamente, empezaría en menos de una hora. Su estómago se agitó incómodamente.

Para distraerse, miró a los otros chicos y chicas. Había cerca de una veintena de ellos, y todos lucían sorprendentemente hermosos y confiados. Sin importar cuán duro había estudiado para su cubierta, Izuku se sentía como un fraude, como si en cualquier momento ellos se darían cuenta que él no pertenecía allí.

─¿Nervioso? ─sólo su entrenamiento con el Agente 11 le previno de acobardarse. Poniendo una sonrisa, se volvió. Una chica de su edad le estaba sonriendo simpática. Era muy pequeña y bonita, con largo cabello dorado y enormes ojos azules.─Eres nuevo en esto, ¿verdad?

Izuku asintió. Estaba agradecido de tener la cubierta de un novato; no pensaba que hubiese podido tener una idea de alguien experto en esto.

─Soy Izu ─dijo extendiendo su mano. La chica la agitó.

─Soy Melisa. ¡Encantada de conocerte!─ella enlazó sus brazos y le sonrió. ─No estés nervioso, cariño. Estará bien. Mi mejor amiga participó en este crucero el año pasado y no podría ser más feliz con su sugar daddy.

─¿De verdad? ¿Consiguió uno bueno? ─Melisa sonrió.

─Le he visto. Sólo tiene 44 años y está jodidamente en forma. La trata como una princesa. Estoy tan celosa... espero que me compre alguien aunque sea la mitad de bueno.

Izuku apenas se contuvo de asquearse. Era duro creer que todos esos aparentes humanos normales realmente querían ser comprados como esclavos. Para ser justos, él sabía que el dinero probablemente no era la motivación para ellos.

De acuerdo a su investigación, a algunos sugar babies les gustaba el sentimiento de estar seguros, cuidados. A algunos genuinamente les gustaba hacer sentir más jóvenes a los hombres o mujeres mayores, y darles apoyo y afecto después de un día estresante. También sabía que a algunos de ellos les excitaba ser mascotas, se excitaban con servir a otras personas.

Y por supuesto, algunos sólo estaban en eso por dinero.

Se preguntó a qué categoría pertenecía Melisa. Decidió que no estaría de más preguntar.

─¿Qué estás buscando? ─dijo Izuku ─¿Una relación completa o una compañía mutuamente benéfica? ─Melisa se encogió de hombros.

─Estoy abierta. Digo, obviamente no voy a firmar un acuerdo exclusivo por alguien que no estoy razonablemente atraída, pero estaré bien con cualquier otra cosa siempre que ellos sean buenos conmigo y me traten bien. Me agrada la gente y a la gente le agrado, así que no espero ningún problema dándoles sólo compañía ─le guiñó un ojo. ─Pero obviamente sería más feliz con un sugar daddy que francamente adore mi increíble cuerpo.

Izuku resopló y decidió que ella le gustaba.

─¿Qué hay de ti? ─Izuku se encogió de hombros.

─Me gusta la idea de ser el favorito de alguien. Digo, amo ser adorado, mimado y alabado. El sexo es secundario para mí, pero obviamente no me importaría si él no es feo ─ella sonrió comprensiva.

Shameless | TodoIzu |Where stories live. Discover now