Capítulo 33.

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Tan pronto como él y Shoto se quedaron solos, Izuku se dio cuenta que había algo raro en Shoto. Si no fuera por el fuerte agarre en el brazo de Izuku, Shoto no le prestaría ninguna atención, sus ojos vagaron por el pasillo y miraron a todos lados menos a él. Izuku pensaba que Shoto solo estaba vigilante ante el peligro, pero podía sentir que no era solo eso.

─¿Sho?

Izuku susurró con incertidumbre. Un músculo se crispó en la mandíbula de Shoto. Ignoró a Izuku. Con la garganta incómodamente apretada, Izuku captó la indirecta y se calló, siguiendo a Shoto en silencio.

Para su sorpresa, Shoto se dirigió a la puerta principal.

─Hay seguridad allí ─murmuró Izuku. Shoto no dijo nada. Al darse cuenta que Shoto había escondido la pistola y el cuchillo bajo su abrigo, Izuku frunció el ceño.

─Katsuki probablemente les dijo que eviten que nos vayamos ─Shoto continuó ignorándolo. Izuku lo fulminó con la mirada, comenzando a enojarse también. Sí, la había jodido, ¡pero casi lo había logrado!

Fue pura casualidad que Katsuki hubiera regresado a casa. ¿Por qué Shoto lo trataba de esa manera? ¿Por qué no lo miraba? Izuku estaba tan molesto por eso que ni siquiera lo justificó cuando cuatro guardias armados se encontraron con ellos en la puerta principal.

Shoto solo suspiró con fastidio. Ignorando las armas apuntando hacia él, dijo:

─Llama a tu jefe y déjame hablar con él un momento ─los guardias intercambiaron miradas antes que uno de ellos finalmente sacara un teléfono. Dijo algo en ruso antes de entregarle el teléfono a Shoto. ─Si no regreso dentro de una hora, tendrás al M16 llamando a tu puerta─dijo Shoto al teléfono. ─Estoy seguro que tienes mejores cosas que hacer en Navidad que responder preguntas incómodas ─Izuku no podía oír lo que decía Katsuki, pero hizo que los músculos de Shoto se tensaran. ─Fue solo un truco. Si realmente quisiera lastimarlo, lo hubiera hecho. Dile a Denki que me disculpo. ¿Eso es todo? ─devolvió el teléfono al guardia, que escuchó lo que dijo Katsuki y bajó su arma.

─Se puede ir ─estrechando su agarre en el brazo de Izuku, Shoto salió de la casa, arrastrándolo hacia su auto estacionado.

─Entra ─ladró sin mirar a Izuku mientras se sentaba en el asiento del conductor.

Lanzándole una mirada cautelosa, Izuku hizo lo que le dijeron. Todo estaba en silencio. Izuku apretó los puños y miró por la ventana, fingiendo que no podía sentir la sofocante y airada tensión en el auto y muy consciente del cuerpo de Shoto con cada pulgada del suyo.

Incluso ahora, a pesar de su actitud defensiva, su ira y su culpa, le dolían las entrañas con ansia. A su corazón no le importaba que Shoto estuviera enojado con él, y tampoco a su cuerpo. Todo lo que su cuerpo quería eran las manos de Shoto sobre él, anhelando cualquier contacto, ya fuera suave o violento.

Dios, él estaba más allá de la ayuda.

Finalmente, después de lo que parecieron horas, llegaron a casa. Al verla, le dolió el pecho. No había sido su hogar por mucho tiempo, pero había sido tan feliz en esa casa. Izuku no se apresuró a salir del auto.

Fue lo suficientemente lento para obligar a Shoto a tomar su brazo y arrastrarlo fuera de él, la piel de Izuku hormigueó por el contacto a pesar de las capas de tela que había entre ellos. Izuku miró la cara dura y sin expresión de Shoto, y su estómago se contrajo de nervios.

Nunca lo había visto tan enojado.

Shoto abrió la puerta y lo empujó hacia dentro. Izuku fue obedientemente pero se dio vuelta y cruzó los brazos sobre su pecho tan pronto como Shoto cerró la puerta.

Shameless | TodoIzu |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora