Capítulo 8.

134 22 0
                                    

Izuku bostezó y enterró el rostro más profundo dentro de su almohada. Su almohada se movió.

─Levántate y brilla dormilón ─Izuku abrió sus ojos. Se encontró a sí mismo mirando dentro de los ojos de Shoto, sus rostros a pulgadas de distancia. ─¿Dormiste bien?─dijo Shoto, su voz espesa con estupor. Izuku estaba dividido entre golpearlo o empujarlo sobre su espalda para lamerlo de pies a cabeza. Nadie debería estar autorizado para ser tan jodidamente atractivo y tener la voz tan sexy.

─Dormí como un bebé ─murmuró Izuku, suprimiendo ambas urgencias. ─Tu brazo es muy cómodo.

─Me alegro que al menos uno de nosotros estuvo cómodo ─dijo Shoto, sus labios se crisparon. ─Siento mi brazo entumecido hace horas ─sonrojándose, Izuku movió su cabeza hacia el pecho de Shoto.

─¿Mejor? ─Shoto rió.

─Me gustas Zuzu ─Izuku sonrió contra la piel caliente de Shoto y le besó el pecho.

─También me gustas ─lo hacía. Un poco demasiado para su comodidad. No era solo atracción física; a esa edad le habían atraído muchas personas. Se sentía bien con Shoto.

Cómodo. Una sensación hormigueante y cálida en su interior. Como si nada malo pudiese pasar.

─¿Debemos levantarnos? ─murmuró, acariciando con su nariz el pecho de Shoto. El tipo tenía fantásticos pectorales pero, para consternación de Izuku, esa no era la razón por la que no quería moverse.

─Acaricia mi cabello ─Shoto bufó.

─Mandón ─dijo antes de hacer lo que le pidió.

Izuku tarareó contento mientras los dedos de Shoto empezaron a pasearse a través de su cabello. Joder, estaba volviéndose un poco adicto a esas manos. Trató de no imaginarse cuán buenas se sentirían esas manos sobre su cuerpo. Pero no tenía sentido preguntarse sobre algo que nunca iba a suceder.

─Tenemos que levantarnos ─dijo Shoto después de unos cuantos minutos de cómodo silencio. ─Estoy hambriento, y tú también probablemente. Estás en pleno crecimiento. Deberíamos ir al restaurante. A buscar a Brylsko ─Izuku suspiró. Sabía que Shoto tenía razón. Ellos no podían pasar todo el día en la cama, sin importar cuán atrayente le pareciera el prospecto.

─Ok ─dijo, bajándose de Shoto a regañadientes y tratando de mentalizarse.

Tenían un trabajo qué hacer. Sin mencionar que probablemente era buena idea poner algo de distancia entre ellos. Se estaba sintiendo demasiado cómodo con Shoto. Como alguien que había sido independiente toda su vida, esta... afección estaba empezando a ponerle los nervios de punta. Si no era cuidadoso, podría estar en problemas. Debía recordar que sólo era un novato al que Shoto, el Agente 11, debía cuidar en esta misión. Nada más.

Cuanto más pronto terminase el trabajo, mejor.

***

Martha le dirigió a Izuku una discreta seña de aprobación con sus pulgares, cuando él y Shoto tomaron asiento en el restaurante.

Ella estaba en compañía de un hombre de edad madura, con cabello encanecido, que se paseaba como si fuese el dueño del mundo.

El tipo tenía un rostro atractivo, duro y rugoso, pero lucía como si pudiese ser más su padre que su amante. Melisa parecía lo suficientemente feliz, sin embargo, así que Izuku se figuró que su sugar daddy debía estar bien. Miró su propio acompañante y suprimió un suspiro. El sugar daddy de Melisa no tenía nada que ver con el de él.

Shoto lucía atrozmente bien en ese traje oscuro, su camisa azul medio desabotonada, revelando la piel bronceada contra la que Izuku quería frotar su rostro.

Shameless | TodoIzu |Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum