Ella sabe como hacer caer a un hombre con facilidad.
Posee el encanto natural que cualquier mujer desearía tener.
Es hermosa, atrevida, sensual, cautivadora y sobretodo manipuladora.
¿Quién diría que terminaría relacionada con uno de sus pilotos fav...
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Miami, como me gustaba este lugar.
Aunque no soy mucho de calor pero hay que admitir que este lugar tiene algo que a todos les atrae, nadie puede odiar Miami.
Era martes y habíamos llegado al hotel a las 07:00am y fuimos a desayunar. Esta vez no estaba tan cansada ya que dormí en el avión unas horas antes de continuar trabajando. Por ende me alisté y luego de llegar al hotel, iría al gimnasio un rato así que me vestí con la ropa deportiva que traía, me puse los tenis y me fui por mis cosas antes de salir.
Estaba haciendo mi rutina con normalidad y estaba algo vacío por lo que me motivaba más, puse algo de música que me motivaba y comencé con dinámicos antes de comenzar con mi rutina, hoy me tocaba tren superior, mi favorito.
Estaba tan enfocado en mi y solo en mi que no sabía quién más estaba acá, solo me faltaba una serie en la máquina antes de terminar el ejercicio de fuerza, terminé la última repetición y me quedé sentada viendo mi botella vacía.
Genial.
Tomé la botella y me levanté sin antes limpiar el asiento y me dirigí a llenarla, el gimnasio tenía agua gratis, qué buen servicio.
Estaba esperando que alguien terminara de llenar la de él así que miré mi celular para disimular que estaba ocupada cuando en realidad solo revisaba la bandeja de notificaciones vacía. El sujeto terminó y acerqué la botella al sensor para que automáticamente disparara agua y comenzará a llenarse mi botella.
Cuando se llenó lo suficiente regresé a la máquina y veo a un sujeto colocando sus cosas al lado del aparato, rápidamente caminé antes de que este le cambiara el peso.
—Eh, discupa— moví mi mano frente a él, este me miró asombrado y me quité los audífonos.
—¿Si?— cuestionó viéndome de pies a cabeza.
¿En dónde he visto a este sujeto?
—Todavía no he terminado— le dije forzando una sonrisa apenada, él me miró confundido —La máquina... yo la estoy usando, solo fui por algo de agua— dije incómoda.
—¡Oh!— ahora él parecía apenado —lo siento, yo vi vacío por un momento y supuse que no había nadie—
—No te preocupes, que ya me ha pasado— recordé las veces en que me había tocado estar en la situación que actualmente se encuentra él.
—¿Te falta mucho?— sonrió —Estoy con alguien y necesito terminar el entrenamiento con él, tenemos un horario que seguir— me dijo.
—Yo también sigo un horario— las palabras salieron de mi boca antes de pensarlas —Perdón, es decir, tengo algo que hacer y...— no sabía qué decir —Solo me falta una serie. Aunque puedes iniciar esta serie— fui sincera.
—No es mucho, me avisas cuando acabes por favor, estaré allá— señaló en dirección a la máquina multifuncional y alguien estaba haciendo ejercicio en ella.
