Ella sabe como hacer caer a un hombre con facilidad.
Posee el encanto natural que cualquier mujer desearía tener.
Es hermosa, atrevida, sensual, cautivadora y sobretodo manipuladora.
¿Quién diría que terminaría relacionada con uno de sus pilotos fav...
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—Sigue así— jadeó Sainz mientras yo lo montaba y tenía su miembro dentro de mi.
Movía mis caderas en un vaivén mientras sus manos estaban en mis senos jugando con ellos y yo ponía mis manos sobre las de él para dirigir los sus movimientos a mi antojo.
—Sainz— dije gimiendo cuando mi orgasmo comenzó a formarse.
Retiró sus manos y me tomó de la cintura y con su otra mano me atrajo hacia él y me besó, dejé de moverme porque me había inclinado hacia él, sin embargo, Sainz tomó la iniciativa y comenzó a moverse rápido haciendo que mis gemidos salieran descontrolados debido al placer que me hacía sentir, separé mis labios de los suyos y nuestras frentes se unieron, sus ojos estaban viéndome al igual que yo a él a la vez que sus penetraciones eran constantes y su mano se puso detrás de mi cabeza pegando más nuestras frentes.
—Mierda, si!— solté un chillido cuando mi orgasmo llegó y Sainz volvió a unir nuestros labios y sentí como se corría dentro de mi.
—Buenos días— dijo besándome una última vez y yo me acosté en la cama tratando de recuperar la respiración.
—Buenos días— cerré mis ojos y traté de relajarme.
Sainz se levantó y fue a tirar el preservativo y se puso su ropa rápido antes de acercarse a mi y me besó una vez más.
—Me voy antes que descubran que no estoy en la habitación— asentí y lo alejé de mi.
—Ya vete y cierra— me reí y le di la espalda, quería dormir.
Escuché una carcajada de su parte y sus pasos se alejaron hasta escuchar la puerta abrirse y cerrarse.
Lastimosamente no pude dormir así que me puse de pie y tomé mis cosas para bañarme. Minutos después salí y me puse un una falda y una camisa blanca, las medias deportivas y los tenis, siempre en este día haciendo algunas actividades y era molesto cuando llegaba el momento de asignar las actividades ya que estaban las esposas, los esposos y los hijos.
Me terminé de maquillar un poco y me coloqué la visera, algo de perfume y salí de la habitación con mi celular en mano para bajar, era un poco tarde, de seguro todos estaban ya desayunando.
Bajé y en efecto, todos estaban en la mesa y fui a mi lugar, incluso Carlos estaba ya en su asiento al lado del padre Josh y frente a él, Irina. Mis padres estaban en el paro extremo de la mesa y había un lugar al lado de Michael así que me apresuré a tomar asiento.
—Casi te dejamos desayunando sola— dijo divertido el padre de Josh, Antonio.
—Mis disculpas, la cama estaba muy cómoda— me senté y sentí la mirada de Josh un poco fuerte.
—Vamos, que tenemos un día lleno de actividades— dijo papá sonriendo.
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—¡Lo sabía! Sabía perfectamente que ese guiño significaba algo que estabas por hacer— se acercó Josh quejándose y me tomó del brazo.
