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Estaba sin palabras, no sabía formular ninguna, estaba realmente cansado

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Estaba sin palabras, no sabía formular ninguna, estaba realmente cansado. Le ofrecí ducharse en el baño de mi habitación, ella solo asintió, entiendo a la perfección que no soy el único cansado, su respiración es realmente agitada y puedo sentirlo debido a mi mano que acaricia su abdomen.

—Eres grandioso— la escuché hablar luego de unos segundos

Sonreí al escuchar eso

—Sacas lo mejor de mi— sentí su pequeña risa

—Me alegro escucharlo—

—Ven— me levanté y ella se cubrió con la sábana antes que la mirara

—¿A dónde?— sostenía la tela presionando su pecho y alcé una ceja.

—No me digas que tienes vergüenza, hace unos minutos tu cuerpo estaba completamente desnudo a mi disposición— ella miró hacia otro lado con una sonrisa de lado

—Pero ya acabamos— dijo mirándome otra vez

Solté una pequeña risa y me dirigí al baño a abrir la llave de la bañera y esta se comenzó a llenar, me puse el bóxer, regresé a la habitación y ella estaba viendo hacia el techo y su cuerpo cubierto por la sábana.

Me acerqué a ella y me senté en la orilla de la cama, a su lado y ella tomó de nuevo la sábana y se sentó quedando frente a frente.

—Debería estar descansando— habló suave

—Entonces descansa, pero primero debes darte un baño— miré su rostro y se notaba que estaba exhausta

—Si, ya debo irme— iba a poner un pie sobre el sueño y la tomé del brazo

—Quédate acá para que no vayas hasta arriba—

Su rostro se llenó de confusión.

—No, no quiero despertar en la madrugada acá y tener que irme a alistarme hasta allá, tampoco quiero despertarte— formó una sonrisa forzada y asentí.

—Como gustes— la solté y me puse de pie para darle su vestido que estaba en el suelo.

—¿Y mi interior?— dijo buscándola y sonreí, ella me miró extrañada

—Lo siento, nena— me acerqué a ella y la tomé por la cintura —Ahora me pertenece a mi— la besé

Sus labios eran adictivos y a ella le encantaba que la besara con lujuria, se le notaba de lejos. Ella me siguió el beso por unos segundos y luego nos separamos a falta de oxígeno.

—Necesitas mi tanga— se separó y me miró entrecerrando los ojos y solté una pequeña carcajada.

Caminé hacia el baño para cerrar la llave al ver que ya se había llenado la bañera y regresé donde estaba ella.

—Ven— le quité el vestido de la mano y la llevé conmigo hacia el baño —Quítate esto— deslicé la sábana y cayó al suelo permitiéndome ver el cuerpo de Alessa completamente desnudo.

Burning Desire || Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora