¿Me amas? - El Internado Laguna Negra. Iván Noiret

¿ᴘᴏʀ QᴜÉ?

𝐀𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐧𝐚𝐝𝐚, 𝐪𝐮𝐞𝐫í𝐚 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐦𝐢𝐧𝐢 𝐜𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐞 𝐫𝐞𝐥𝐥𝐞𝐧𝐨. 𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐚 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐩𝐮𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚𝐫𝐥𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐧𝐨 𝐪𝐮𝐞𝐫í𝐚 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫𝐥𝐞𝐬 𝐬𝐢𝐧 𝐧𝐚𝐝𝐚 𝐲𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐞𝐥 𝐯𝐢𝐞𝐫𝐧𝐞𝐬 𝐧𝐨 𝐬𝐮𝐛𝐢𝐫é 𝐧𝐚𝐝𝐚.

ʕ⁠っ⁠•⁠ᴥ⁠•⁠ʔ⁠っ

𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑳𝒊𝒂

Después de todo el espectáculo que hubo en la clase, me fui hacía mi habitación.

Yo solo podía pensar en la medicina, ¿cómo iba a aguantar?

Joder, estaba cargadísima. ¿Y ahora que se supone que debo hacer?

Cuando llegué, cerré la puerta y me tumbé en mi cama hecha una bolita con las rodillas pegadas a mi pecho mientras lágrimas caían de mis ojos.

Después de un par de minutos, pude notar como alguien abría la puerta. No tenía ni fuerzas para hacer un esfuerzo para ver quién era.

Aquella persona se sentó al lado mía, a los pocos segundos mi piel se erizó por el contacto de su mano sobre mi espalda.

Recorría con sus dedos mi espalda lentamente en forma de calma.

Iván: Lia, ¿estás bien?

Al fin pude saber quién era, podría reconocer esa voz a kilómetros.

No contestaba a la pregunta que Iván me hizo, no tenía fuerzas, las palabras no me salían.

Iván: Lia... Necesito saber qué te ocurre, por favor -dijo mientras acariciaba esta vez mi pelo-

Me senté lentamente con las rodillas aún en mi pecho, tenía los ojos y la nariz roja de tanto llorar.

Lia: Iván, no me he podido tomar la medicina, ¿qué coño hago ahora? ¿me voy a morir? No puedo estar un día sin medicación..

Más lágrimas caían de mis ojos con cada palabra que salía de mi boca, un nudo se formaba en mi garganta de tan solo pensarlo.

Iván se sentó justo al lado mía, me atrajo hacía él con un fuerte abrazo. Tenía su brazo por encima de mis hombros mientras yo tenía la cabeza apoyada en su pecho.

Sabía que mientras estuviera con él, estaría bien. Me sentía mucho mejor y más segura.

Iván: Mira, tengo una idea. -le miré atentamente- Irás al despacho de mi padre y le vas a chantajear con la ampolla de agua con sal, puede que así te de la medicina. No es un gran plan pero estoy seguro de que con él funcionará.

Asentí a lo que él me dijo, no estaba totalmente segura pero debía intentarlo si no...

Un incómodo silencio abundaba por toda la habitación, ninguno decíamos nada hasta que yo lo rompí.

Lia: Iván, ¿y si no me la dan? ¿voy a morir?

Dejé a Iván perplejo por aquella pregunta, sus ojos se abrieron como platos sorprendido.

Iván: ¿Pero qué mierda estás diciendo? ¡Claro que no! Nadie más va a morir, ¿está bien? Y mucho menos tú.

[...]

Era la hora de estudio, pedí ir al baño a lo que me dejaron. Pero obviamente era una excusa para ir al despacho de Noiret.

Entré al despacho y cerré la puerta bruscamente, estaba bastante enfadada. Quería mi ampolla.