7 | Primera parte

313 33 3
                                    

⚠️Este capítulo contiene lenguaje inapropiado⚠️

Habían pasado varias horas desde que Annabeth se había ido al trabajo y al principio todo había estado bien, Percy había estado conviviendo con su hijo mientras ordenaba un poco, pero finalmente conforme las horas comenzaron a pasar el monstruo de los celos y la inseguridad lo había llevado a cometer una idiotez. Así fue como terminó dejando a su hijo con su madre para luego dirigirse a la agencia.

Después de una larga charla con Jason y Leo, él había terminado tomando una terrible decisión. Una de la que estaba siendo consciente justo al ver la angustia en los ojos grises de Annabeth, al haberse quedo sola en la sala de interrogación.

—Bien, ¿qué hacemos? —Jason le preguntó—. Ya lo escuchaste, ella no está interesada en Luke.

—¿Hay algo que podamos usar contra él?

—Me temo que no, parece que su único delito es ser un mujeriego.

—Demonios —él se reclinó contra el cristal que lo separaba de Annabeth. La miro y la culpa se apoderó de él—. Annabeth me va a matar.

—No creo que sea para tanto —murmuró Jason al ver su expresión.

—Yo no diría eso —Leo se dirigió a Jason—. Llevo meses cuidándola y tiene un carácter bastante fuerte.

—Tengo que decirle la verdad —Percy dijo—, pero, ¿cómo demonios se lo digo?

—Si yo fuera usted aprovecharía todo este desastre —Leo dijo provocando que la intimidante mirada de Percy, así como la de Jason, fueran a él—. Bueno, porque no le piden ir a algún lugar donde usted la estaría esperando, como si le dieran una misión... Y ahí usted la estaría esperando con una cita romántica y le confiesa la verdad. Creo que el factor de la cita ayudaría a conmoverla y eso podría suavizar su reacción.

—No suena como una mala idea —Percy medito—. Pero ella no va a aceptar ir, así como así. ¿Además, por qué motivo se lo pedirán?

—Déjamelo a mí —Jason respondió pensativo, para luego salir sin decir más.

Pronto Jason entró a la sala de interrogación. Annabeth lo miró expectante.

Después de eso Percy escucho como Jason se inventaba un conflicto en el que le decía a Annabeth que su única opción para quedar libre de sospecha era colaborar con ellos.

—No soy ninguna criminal y ustedes no pueden obligarme —ella le respondió a Jason. Él sonrió de la forma en que lo hacía antes de dejar completamente acorralado a alguien.

Los músculos de Percy se tensaron, sabía que cualquier cosa que Jason estuviera a punto de decir era con el objetivo de ayudarlo, aun así no le gustaba que nadie hiciera sentir amenazada a Annabeth.

Jason se sentó sobre la mesa con aire despreocupado.

—Muy bien, Annabeth. Supongo que podrías irte, pero solo quiero que recuerdes que sabemos todo de ti. Dónde trabajas, dónde vives, cuáles son tus horarios —Jason volvió a sonreír—. Tu padre... Frederick Chase es un profesor de historia, vive en California... tu suegra, Sally Jackson, vive en la ciudad... Tu esposo, Perseus Jackson es piloto y no está mucho en casa —Jason se acercó un poco a ella—, y por último está Noah Jackson, tu adorable hijo de dos años.

Ante la mención de Noah la expresión de Annabeth surco entre la preocupación y la impotencia.

—¿Qué tengo que hacer? —pregunto después de unos minutos de silencio.

—¿Qué demonios estás haciendo? —Percy exclamó con molestia al escuchar a Jason.

Luego el rubio le hablo a Annabeth de la supuesta misión y de como debia infiltrarse en el hotel bajo el disfraz de una sexo servidora. La reacción de Annabeth ante eso fue verdadero poema, pero al final terminó accediendo ante la sugerente amenaza sobre su familia, y especialmente para proteger a Noah.

Operación clasificadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora