🎈𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟯🎈

1.5K 200 21
                                    

Corría por la habitación buscando sus viejas vans

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Corría por la habitación buscando sus viejas vans. Iba tarde a reunirse con Ben y sentía que no saldría de casa nunca. Durante la madrugada tuvo una pesadilla que le impidió dormir largo tiempo por lo que optó por leer comics un rato.

Maldijo un par de veces antes de salir corriendo de casa sin detenerse a despedirse de Cindy. Caminaba lo más veloz que podía hacia la biblioteca. Por dicha se sabía el camino como la palma de su mano al igual que los atajos. Esperaba aún Ben siguiera allí.

Observó, por el rabillo del ojo, cómo el auto de la pandilla de Bowers disminuía la velocidad a su lado. Los ignoró acelerando el paso, notando enfrente a un chico correr a ocultarse en un callejón.

―Hola, linda ―escuchó la voz de Henry a su costado.

Se detuvo un segundo, se giró quedando frente a la ventanilla del chico, le sonrío con falsedad para posterior sacarle el dedo de en medio de ambas manos antes de reanudar el paso.

Ignoró la maldición que Henry profirió para ella y siguió caminando. Se detuvo, observando cómo el chico de antes parecía helado mirando la puerta frente a él en el callejón. Frunció el ceño, el rostro horrorizado del adolescente la hizo cuestionarse si era prudente acercarse. Al fin y al cabo no era su problema.

Pensó en su mamá y en que ella, sin dudarlo, se hubiese acercado a preguntarle si estaba bien. Ella lo hubiera hecho sin tan siquiera pensarlo, ella...

El sonido de un auto a gran velocidad la hizo volver a la realidad. Bowers junto a los demás venían a gran velocidad por el pasillo de aquel estrecho callejón dispuestos a arrollar al chico que aún seguía en su trance. No lo pensó dos veces y corrió hacia él. Lo tomó del brazo sacándolo de su trance y ambos se lanzaron a un costado, cayendo sobre un viejo cartón al lado de unas bolsas de basura.

El auto se detuvo frente a ellos y Henry sacó la mitad de su cuerpo por la ventanilla. Por un segundo observó a Milán con furia antes de mirar al chico a su lado.

―¡Lárgate de mi ciudad! ―le gritó con rabia al chico lanzándole lo que quedaba de su cigarro. Miró por última vez a Milán antes de que el auto acelerara marchándose.

―¡Vete al carajo, imbécil! ―le gritó Milán totalmente molesta que a su vez se empezaba a levantar del suelo―. ¿Estás bien? ―se giró al chico que lucía desorientado en el suelo atrayendo su atención.

―¿Yo? ―preguntó mirándola por primera vez, ella asintió―. Sí ―se levando veloz del suelo―. Gracias por ayudarme.

―No fue nada, sin embargo... ―se detuvo a pensar si sería correcto preguntar―. ¿Qué fue lo que viste? ―se animó.

―¿Qué fue lo que vi?

―Te quedaste helado, tu miraba era de completo miedo tanto que ni siquiera te diste cuenta del auto. No sé qué fue eso, pero si es alguna enfermedad médica o algo así deberías visitar un médico, te puede arrollar un auto si te vuelve a suceder y estás en medio de la calle...

𝗘𝗩𝗜𝗧𝗘𝗥𝗡𝗢 | 𝗕𝗶𝗹𝗹 𝗗𝗲𝗻𝗯𝗿𝗼𝘂𝗴𝗵 ✔Where stories live. Discover now