𝗘𝗩𝗜𝗧𝗘𝗥𝗡𝗢 | 𝗕𝗶𝗹𝗹 𝗗𝗲𝗻𝗯𝗿𝗼𝘂𝗴𝗵 ✔

🎈𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟰🎈

Daniel se encontraba en su casa mirando la televisión. Se sentía ansioso. Tal vez eso sentían todos los padres cuando sus pequeñas hijas salían en su primera cita, quiso creer.

Aún le costaba procesar que su pequeña hermana había crecido. En su mente, rondaban los recuerdos de la primera vez que la cargó con tan solo diez años o cuando empezó a caminar. La amaba y mucho. No había nada que no hiciera por ella. Ella lo era todo para él.

Se levantó del sofá para ir a la cocina por algo de beber. Se detuvo en la entrada. Observó, por un segundo el teléfono y, sin forzarlo, a su mente llegó el recuerdo de Ally.

Luego de aquel beso, ella había empezado a mantener la distancia, algo que odiaba. Odiaba verla y no poder hablarle. Lo intentó, una y otra vez, pero siempre se alejaba. No la culpaba, era un imbécil.

Negó con la cabeza todo aquel intentó de llamarla. No forzaría algo que ella no deseará. No insistiría en hablar. La conocía y, cuando estuviera lista, estaba seguro de que ella lo buscaría.

Pero los días empezaban a pasar y la única que lo había buscado fue Cindy. Apareció al día siguiente de terminar por el taller. Pidió unas disculpas que no le daría. Luego de lo dicho aquella noche, cualquier sentimiento que creyó haber tenido para ella se esfumó. No la odiaba, pero la quería lo más lejos de su vida.

Y, antes de que pudiera alejarse, el teléfono sonó.

Corrió lo más rápido que pudo con Ally a su lado. Luego de aquella llamada, en su desesperó le avisó. Sentía que el aire le faltaría en cualquier momento al igual que la fuerza en las piernas.

El área de seguridad del cine le había llamado para notificarle un incidente. No dieron más detalles, solo que debía estar allí lo más pronto posible.

Apenas divisaron a uno de los guardas, Ally fue la que habló. Él no encontraba las palabras. Sin perder el tiempo fueron guiados hasta una habitación en donde su corazón volvió a latir con normalidad y el aire llegó a sus pulmones.

―Daniel ―la voz de su hermana cuando corría hacía él le devolvió la vida.

La abrazó como aquella vez en qué su madre murió, como aquellas noches en las que las pesadillas la perseguían y no podía dormir, como cuando la encontraba llorando escondida en algún cajón de la cocina, como las veces en las que se veían en los juicios para luego separarse. La abrazó, como si su vida dependiera de ello, porque así era.

Solo cuando creyó que había sido suficiente, se separó para agacharse a su altura, acunando su rostro entre sus manos, buscando saber que estaba bien.

―¿Qué fue lo que pasó? ―por primera vez, desde la llamada, habló.

―Fue Henry ―soltó su hermana―, atacó a Bill.

Y en ese preciso momento desde que había entrado en la habitación, su mirada recayó en el chico. Su mandíbula se tensó al igual que todo su cuerpo, al notar los golpes en el adolescente que se encontraba de pie a un lado de Ally que revisaba sus heridas.