Una esmeralda perdida en el bosque

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Capítulo 8

Cada persona está hecha de infinitos hilos, unidos y enredados unos con otros. Cuando piensas que lograste desenredar uno de sus nudos, se te interponen muchísimos más.

Las personas son bolas de estambre, y solo la aguja adecuada, es capaz de desarmarlas y cocerlas.

Cada bola de estambre, tiene su aguja.

El sueño me consumía

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El sueño me consumía.

Como cuando dormías durante tantas horas, que después sentís que no quieres volver a despertar jamás. Así me encontraba.

Me pesaban las extremidades, y no lograba encontrar la conciencia. Todo me parecía tan agotador. De alguna forma sabía que solo estaba dormida, pero una pequeña parte de mi, temía a la vez no poder levantarme aunque quisiera.

¿Que me estaba ocurriendo?

Unas voces se abrieron paso en mi mente nublada. <<No otra vez>>. Fue lo primero que pensé al sentir el sonido aún indescifrado de las palabras que me invadían.

No quería.

No podía volver a sentir aquel agudo golpe en mi cerebro, ya de por sí agotado por el anterior griterío misterioso. Aquellas voces todavía resonaban en mi interior.

Asfixiante.

Era la palabra que describía todo lo que habían causado en mi.

Da..., desprevenido,.... ha,....... Imbécil.

Esas voces no eran las que escuché en mi cabeza.

Juré que la luz podría quemar mis retinas, cuando por fin pude abrir los ojos. Cegada por , lo que me imaginaba que era el puto sol en mi cara , parpadeé varias veces intentando disipar aquella molesta sensación de pesadez en mis párpados.

Esta vez si pude escuchar mejor la voz que me hablaba. Sentí un profundo alivio al reconocerla. Era mi hermano.

—Joder —exclamó de manera irritada—. Estuve a punto de abofetearte para que despertaras.

—Menos mal que ya lo hice. —mi voz sonaba lenta y rasposa. Como si me hubieran lijado la garganta.

—¿Cómo te sientes?—preguntó.

—Este...—me senté con su ayuda. Apoyé las manos en , lo que parecía ser pasto, y pensé mejor mi respuesta— Creo que ¿bien?

—Pues eso no suena muy bien.

—No se que decirte , ni siquiera se que ocurrió. Lo último que recuerdo es que la noria se estaba quemando—me pasé ambas manos por el pelo , era una costumbre que tenía cuando me concentraba en algo demasiado, en este caso era en recordar—. Y luego , un montón de voces invadieron mi cabeza.

Se mostró preocupado y me tomó ambas manos , impulsándome hacia arriba para ponernos de pie.

—Esto ya se salió de control —me miró a los ojos para decirme—. Hay que decirle a mamá.

WitchbloodWhere stories live. Discover now