Las piernas tienen un precio

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Capítulo 11

El mar es engañoso. Sus aguas esconden muchos secretos. ¿Nunca has visto cómo huyen las aves algunas veces de ella?

A veces me imagino varada en pleno mar abierto. Flotando en medio de las más profundas aguas, y luego, miro hacia abajo. Un vacío oscuro, que promete demasiados enigmas.

Las criaturas del vacío vienen a por ti. Más te vale saber nadar.

Ser perseguida por ser diferente era algo completamente común en mi familia

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Ser perseguida por ser diferente era algo completamente común en mi familia. Pero de eso, a ser acusada de traerle el fin a la humanidad; no tenía palabras para describir lo que sentía. La verdad ni sabía que debía pensar de todo esto. Y lo más molesto es que era ajena a todo lo que planeaban a mis espaldas. ¿Cómo era posible que tuviera a tantas organizaciones peligrosas a mí asecho y no me hubiera dado cuenta? En ocasiones así me sentía una completa inútil.

Las palabras de Káliz sobre las profecías y todo el rollo de las escrituras daban vueltas en mi cabeza. Pero sobre todo la parte de "destruir mi alma". Ni siquiera se si tengo alma. No, ahora en serio ¿Qué carajos es el alma? Si, todos hemos oído esa palabra alguna vez en nuestras vidas, es un concepto bastante conocido, pero nadie sabe con exactitud si existe o no.

Así que opté por lo que cualquiera con dos dedos de frente haría para obtener información importante de un contenido del que no sabe una mierda.

Lo pregunté en Google.

—Que discriminación, esto es indignante.

Elías me prestó atención al oír como refunfuñaba con una tortita en la boca. Estábamos en la mesa de la cocina, a las dos de la mañana, porque nos había entrado ganas de comer algo dulce. Y teníamos un poco de insomnio.

Con los últimos acontecimientos, ¿quién no?

—¿Qué tienes? Esta vez no se me quemaron así que no te quejes —me dijo alzando una espátula engrasada por el aceite de oliva en mi dirección.

—Google es un discriminador —mordisquié ensañada lo que me quedaba de la tortita—. Pregunté que era un alma , y me salieron miles de respuestas, pero solo hablan del caso de los humanos. ¿Puedes creerlo?

Escuchaba el sonido chispeante de la grasa caliente en la sartén, mientras mi hermano vigilaba con cierta tensión como los dulces se cocinaban a fuego lento. Era vergonzoso que con su edad todavía tuviera miedo de cocinar.

Me miró con una mueca extrañada mientras al mismo tiempo servía una tanda de tortitas recién hechas en mi plato.

—Daf, obviamente no. Google es para humanos.

Obviamente sabía que no me aparecerían respuestas para casos como el mío, pero igual me indignaba. Además, nada de lo que ponían era concreto o comprobado. Se basaban la mayoría de las respuestas en teorías infundadas sin ninguna tipo de pruebas. ¿Como me iba a defender si amenazaban con destruir algo que ni sabía si tenía? Además, hubo un montón de cosas que no pude preguntarle a Káliz. En el calor del momento me cegué por lo enfadada que estaba con el cazador, y lo noqueé antes de tiempo. Aunque igual creía que no me respondería más nada. Odiaba quedarme con la curiosidad.

WitchbloodWhere stories live. Discover now