20: Lluvia.

279 35 18
                                    

La humilde mansión de María está a media hora, después de todo, vive a las afueras de Holmes Chapel

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La humilde mansión de María está a media hora, después de todo, vive a las afueras de Holmes Chapel.

Tuve que hacer mil maniobras para poder ir a ver a Jamie, ya que a ambos nos han quitado el teléfono, y no me sé de memoria su número. Le dije a papá que iría a avisarle, porque él se rehusaba a levantarme el castigo y a acompañarme en su auto. Seguimos en malas condiciones. Llegué cansada, estuve todo el viaje en el autobús parada. Además de agotada, mi humor es de perros. Casi termino por golpear al guardia de las rejas, ni se diga a los que están en la sala de estar, uno más grosero que el anterior.

Vamos de camino en el auto, Harris, el chófer de Jamie, nos lleva. El silencio en el lugar es incómodo.

No sé qué debería decir.

Especialmente porque aquel "eres hermosa" que me dijo Flatters no sale de mi cabeza. Todas las dudas sobre el vestido rosa que me he puesto se han ido, sospecho que hay algo en la forma que Jamie me miró hace unos momentos, hace que me entre una ola de seguridad en mi misma que no tenía ni la más mínima idea de que podía estar allí. Él, a diferencia de casi todas las personas en mi vida, jamás habla sobre mi apariencia, y si llega a mencionar algo, siempre es para darme cumplidos. No sé si me merezco algo así. Suelo ser una chica desagradable cuando se trata de mi personalidad.

Juego con el anillo que me regaló. Su consejo ha estado funcionando a la perfección, ya no me muerdo la uña del pulgar, podría decir que incluso empieza a verse más decente.

Giro la cabeza para ver a Jamie, encontrándome con su azul mirada. Lleva puesta la de seda camisa azul marino que le aconsejé, pantalones negros y botas del mismo color.

—¿Estás nervioso?—me atrevo a preguntar.

Él sonríe.

—Como no tienes idea.—confiesa.—Me da miedo tu padre.

—Para que te sirva de apoyo...—me pienso dos veces lo que estoy por decir.—no ha mencionado nada sobre lo que pasó en el clóset del conserje.

Hago mi mejor esfuerzo por sostenerle la mirada y fingir que no me he sonrojado hasta las orejas.

—¿Qué fue exactamente lo que pasó? Necesito que me refresques la memoria.

Ay no.

No debí ni mencionarlo. Su sonrisa se vuelve divertida, se encuentra en el otro extremo del auto, así que se acerca un poco. Agradezco que sea de noche y ya esté oscuro, así él no podrá notar la vergüenza pintada en mi cara.

—De todas maneras, ahí estará Katherine,—digo desviando el tema y la mirada. De repente, estoy muy interesada en la obscuridad absoluta que hay através de la ventana.—ella sabe manejar el mal humor de papá.

—Siempre hablas bien de ella.—señala.—¿Te cae bien?

—Si.

Espero que mi corta respuesta sea suficiente como para que volvamos a sumirnos en el silencio de hace un rato.

El patito feo y el príncipe [Jamie Flatters]Where stories live. Discover now