24: Resaca.

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Observo la habitación de Jamie con curiosidad. Ya he estado dos veces en su casa, pero esta es la primera en la que subo al segundo piso. Más específicamente en su recámara. La verdad es que no sé qué me esperaba, tiene un decoración normal, nada fuera de lo usual. Sí, es enorme, probablemente el doble de la mía. Paredes azules (es su color favorito), un escritorio, una cama king size arreglada con un edredón blanco muy esponjoso, y esto lo sé porque me encuentro sentada en ella.

Veo por la ventana que todavía no se ha puesto el sol.

Después de llamar a Jamie estando ebria y vomitarle encima, él y Seamus llegaron a un acuerdo: Jamie me llevaría a su casa y me quedaría ahí hasta que se me pase el efecto del alcohol, para evitar problemas con mis padres. No recuerdo mucho del viaje en auto, solo sé que mi cabeza daba vueltas y no me veía capaz de seguir reteniendo la comida en mi estómago.

Volví a vomitar en su váter carísimo de mármol cuando llegamos, Jamie me hizo el favor de coger mi pelo para que este no obstruyera en mi cara. Me ofreció ropa para que me diera una ducha, y mientras estaba bajo la caliente agua de la regadera, pensé en sus padres. Me cuestioné si estaban en casa y si me vieron entrar en ese estado.

¿Qué pensarían de mi?

Me tomé unos buenos treinta minutos en ducharme, el shampoo y acondicionador caro de los Flatters tiene un olor muy diferente al que uso. Es más fuerte y floral, estoy acostumbrada a mi olor suave de frutas de verano.

Terminé de asearme y me vestí con lo que Jamie me dió: unos pantalones de pijama costosos de seda y un suéter verde para que no me muera del frío. Miré mi reflejo en el empañado espejo mientras me peinaba el cabello, seguía mareada y pero la borrachera se me pasaba de a poco. 

Suspiré y salí de su baño, él ya no estaba en su habitación, así que me senté en su cama.

Llevo sentada aquí por casi diez minutos y Jamie no da más señales de vida, no quiero salir, estoy demasiado avergonzada, no conozco este lugar y temo perderme.

Pienso en lo idiota que actúe en Derry's Palace y mi estúpida decisión de llamar al chico que me tiene más que confundida, no entiendo qué me pasa. Estar atraída por Duane era mucho más fácil, admitir mis sentimientos por él se me hizo más claro que el agua. Con Jamie es una historia completamente diferente, su personalidad es algo a lo que todavía no me logro acostumbrar, siempre se dedica a invadir mi espacio personal y sus comentarios junto a sus bromitas pesadas me sacan de quicio.

Luego está su asquerosamente atractiva cara, el hecho de que logra ser encantador mediante sus bromas, la forma en la que cada vez que me dedica su azul mirada lo hace con una intensidad que me perfora.

Y no hay que dejar pasar por alto lo mucho que repite lo hermosa que me encuentra.

Realmente no recuerdo la última vez que pensé en lo poco atractiva que creía ser. O en lo insegura que me sentía cada vez que Jamie se encontraba a mi lado en público.

Es raro el no tener mi mente estancada en lo que parecía ser toda mi personalidad.

Y me recuerdo mirándome al espejo, pero ya no logro ver aquel monstruo que me devolvía la mirada antes.

Me dejo acostar sobre la cama de Jamie, sintiéndome diferente.

—¿Duermes?—la voz del chico que invade por completo mis pensamientos se hace presente. Me alzo enseguida, quedando sentada, causando que mi cabeza duela y me de vueltas ante lo rápido que ejecuté dicha acción.

Él me sonríe y cierra la puerta detrás suyo. Viste un chándal negro y un hoodie del mismo color. Es la ropa más casual en la que lo he visto hasta ahora. Llevo una mano a mí frente y cierro los ojos, suspirando. Siento el colchón hundirse a mi lado, dándome a entender que Jamie se ha sentado ahí.

El patito feo y el príncipe [Jamie Flatters]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora