28. EL AMOR ES ARTE

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Santa Biblia Reina Valera 1960 - Proverbios 14
15 El simple todo lo cree;
Mas el avisado mira bien sus pasos.


Tercer día de estudio.

Nuevamente me despido de papá y entro con toda la motivación del mundo al colegio, una sonrisa se forma en mis labios ante la escructante miradas de algunos.

«Me vale».

«El que nada debe, nada teme».

Camino en dirección a mi salón y a lo lejos visualizo a Gracia que va a su salón, quisiera ir a saludarla, pero al recordar su último trato hacia mi, me ahorro la fatiga, no quiero que me ignore en frente de todos.

«Eso sería muy vergonzoso».

Entro a mi salón y me dedico a ver por la ventana, mientras el profesor de artes entra.

Es entonces cuando veo tres autos llegar, los cuales se detienen e inmediatamente del primer auto bajo Deimond.

El solo hecho de verlo, hace que se me alegre el corazón.

Las chicas que están abajo comienzan a gritar, captando la atención de las que están acá arriba que inmediatamente se vienen a la ventana tapándome la vista.

«Si tanto querían ver por la ventana, debieron de haberse hecho al lado de ella».

Lo bueno es que ahora él va a entrar y se va a hacer a mi lado, así que no tengo porque preocuparme.

—¡¡Aaaaahhhhhh!! —gritan aturdiendome totalmente —¡¡Ya comenzaron a entrar!!.

Salen disparadas para los pasillos.

—y se vuelve a repetir la misma escena una y otra vez —comenta con tono aburrido el mismo chico del primer día.

—¡Callate! —le dice el de al lado —no te busques problemas innecesarios.

—¿Que? —dice el primer chico con indiferencia —no son los únicos aquí con plata.

—tienes razón, no son los únicos —le responde el otro, haciendo que la conversación se torne interesante. —pero si son los que tienen más poder económico, ¡Tanto!, Que con solo ficharte, harán que en ningún colegio te reciban, y ni siquiera tu padre podrá defenderte, ¡Arruinaran tu vida!.

—pero... —intenta hablar el primero, pero el otro lo interrumpe.

—¿Ruder, que parte de lo que te explique no entendiste?.

Ruder guardo silencio.

Al rato volvieron las chicas y tomaron sus lugares, me quedé esperando a que llegara Deimond, pero entró el profesor.

—buenos días —saludo sin mirar a nadie, mientras limpiaba sus lentes.

Fue a su escritorio y se los puso, mirándonos así claramente.

—creo que nunca me acostumbraré a esto de los J5 —comento más para si mismo que para nosotros —bueno —suspira —como pueden ver, hoy vamos a hablar del arte...

El profesor sigue hablando, pero yo me entretengo en otra cosa.

Giro mi rostro hacia la puerta, a la espera de que Deimond llegue, pero este no se digna a aparecer.

«¿Acaso no es malo para él perder tantas clases?».

«Quizás se entretuvo en algo y esa es la razón de su tardanza».

—¡¡Linda!! —grita el profesor, haciendo que brinque en mi puesto.

—señor —contesto mirandolo.

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