29. J2.

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Santa Biblia Reina Valera 1960 - Proverbios 18
4 Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre;
Y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría.



Camino hacia mi lugar favorito, meditando en todo lo que pasó.

«Me temo que aquí la gente es insensible».

Llegó al jardín e inmediatamente visualizo a Gracia.

Jamás en mi vida había visto que un libro lo pudiera cautivar tanto a uno.

Una sonrisa y un suspiro salen de la boca de ella mientras que Lee concentradamente, ni siquiera se ha percatado de mi presencia.

Camino a paso lento para que no me oiga, sé que apenas me vea, saldrá corriendo, me evitará como hacen todos.

Llegó por detrás de ella y me inclinó un poco para saber que es lo que tanto leé.

Es entonces cuando leo una frase o verso precioso, recuerdo que mamá nos lo leía e incluso nos lo enseñó.

El versículo decía:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Me quedé meditando en aquellas hermosas palabras y recordé lo que mamá decía:

"Dios es tan bueno, que en prueba de su amor, nos ha dado el regalo más precioso que es la salvación a través de su hijo amado, pero es necesario ser fieles a Él, para poder llegar a..."

—¿Que haces aquí? —dijo Gracia girandose a verme.

Pude ver incomodidad en ella.

Eso ya se me estaba haciendo bastante normal.

—yo vine a pintar —respondí mirando mi tablero y lienzo.

Ella suspiro con cansancio y cerro su preciado libro, luego se puso en pie y comenzó a alejarse en silencio.

—espera —la llame.

Ella se detuvo pero sin voltear a verme.

—¿Que quieres? —pregunta molesta —ya te dije que no quiero problemas, anhelo terminar mi último año en paz, sin tener alguna complicación con los J5.

«Aún sigo sin entender porque ella insiste con ese tema».

—ya te dije que no tengo nada que ver con ellos —le respondí.

Ella rio con ironía como si le estuviera mintiendo.

—aja, si, y yo soy ciega —me contesta, se gira hacia mi y me encara —¿A quien estás tratando de engañar?, ¿A ti misma?, Para nadie es un secreto que andas con uno de ellos, y si andas con ellos, no pretendas querer entablar amistad con alguien más, porque ellos se encargarán de complicarle la vida.

Me mandó las manos a la cabeza con desesperación.

Todo esto me estresa demasiado.

—de verdad que no entiendo nada —le respondo frustrada —yo lo único que quiero es ser una persona normal, quisiera poder tener una amiga real, y se que tu eres una chica buena, de alguna manera tu forma de ser me causa curiosidad y quisiera ser como tú —mire su libro —me gustaría tener un libro como el que tienes abrazado a tu pecho, que lo tratas como al más preciado tesoro.

Ella me miró confundida frunciendo el ceño.

—¿De verdad te gustaría ser como yo? —pregunto sin salir de su asombro —¿Te gustaría ser evangélica?, Y...¿No te avergonzaría andar con una biblia y leerla en descanso?.

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