45. TODO TIENE SU LÍMITE

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Santa Biblia Reina Valera 1960 - Santiago 1
20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

Días después.

Estoy sentada en clase atenta a lo que la profesora dice, tengo una gran sonrisa en mis labios porque finalmente he podido vivir en paz, nadie me dice nada, nadie se atreve a meterse conmigo después de que Mibsan estuvo aquí.

El único que me mira mal es J1, pero a mí me da igual.

El timbre suena anunciando el receso.

Me pongo de pie y camino hacia la salida en medio de todos.

Comienzo a caminar por los pasillos en dirección a las escaleras para ir a encontrarme con Gracia.

Justo cuando ya iba a llegar a las escaleras choque con alguien sin querer.

-disculpa -dije sin ver quién era.

-¿Disculpa? -repite -¡Oh vaya! pero si es nada más que la chica "favorita" de J1.

Levantó mi mirada y me encuentro nada más y nada menos que con J3.

Me mira de manera burlona y a la vez despectiva.

-¿Como es que andas por ahí como si nada? -me pregunta, luego mira a los demás que se han detenido -¿Es que acaso se les olvidó que ella es el blanco de J1?, ¿Por qué nadie hace nada para que se vaya pronto de aquí?.

Nadie se atreve a responderle, pero yo si lo hago.

-ustedes no son nadie para venir a enseñorearse de nosotros -le digo valientemente.

-¿Que nosotros no somos que? -pregunta. -repite lo que dijiste.

-¡Nadie! -repito.

-¿Cómo?, ¿cómo? -dice sacando su teléfono -esto hay que grabarlo.

-¡Nadie! -le grito -¡Ustedes no son nadie!.

-listo -dice guardando su teléfono -ya quiero ver la cara de Jak cuando mire la grabación.

Yo no le respondo, lo empujó hacia un lado ante el asombro de todos y sigo mi camino, pero este me quita el bolso.

-¡Oye! -le digo dandome vuelta -¡Entregamelo!.

El me mira divertido.

Yo lo miro chiquitito de la rabia que tengo.

-te lo devolveré solo si me besas los pies -me contesta.

Abro mi boca para decir un improperio pero la vuelvo a cerrar, no tiene caso discutir con el.

Me acerco con la intención de quitarle el bolso, pero este me esquiva.

Sale corriendo hasta la baranda de las escaleras, abre mi bolso y tira todo al primer piso.

-¡Tomen todo lo que quieran! -le grita a todos.

Yo corro escaleras abajo y comienzo a rejuntar mis cosas, el bolso me cayó encima, gracias a Dios nadie se atrevió a tocar lo mío.

Yo he visto gente inmadura y a ese J3, es un completo desastre.

Los demás me miran y pasan por mi lado en silencio, ignorando por completo sus palabras.

Mientras recojo mis cosas levanto mi mirada hacia donde el está y le dedicó una mirada de odio.

Este me hace una mueca y se va.

-ojalá se le enreden los pies y se caiga en frente de todos -digo en voz alta mientras termino de recoger todo.

-¿Estás bien? -me pregunta una voz familiar.

Levanto mi mirada y me encuentro con Deimond que también se ha agachado y recoge el último lapicero que me faltaba.

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