Capítulo VII.

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VII.

El viaje en taxi era silencioso, Lauren quería pensar sobre todo lo que habia pasado los últimos días.

Mientras tanto, Camila se dedicaba a mirarla de reojo, admirando la forma en que las luces de la carretera iluminaban parte de su rostro mientras ella se encontraba sumergida en sus propios pensamientos.

Dejaron la ciudad atrás, la mujer que conducía tarareaba una canción mientras aceleraba por la solitaria autopista. Después de cinco minutos, comenzaron a internarse en un bosque. Al darse cuenta, Lauren miró con confusión a la castaña, pero ella solo decidió contestarle con una sonrisa tranquilizadora.

La mujer se detuvo y Camila abrió la puerta antes de arrojarle un billete sobre el asiento.

- ¿Nos volveremos a ver, Mila? - Preguntó, estirando un poco el cuello para ver a la chica por el retrovisor.

- Claro. Tienes que buscarme en dos horas, Ally - Dijo sonriendo. Tomó a Lauren por el brazo, indicandole que la siguiera.

Fruncio el ceño como siempre que Camila trataba de evadir el tema.

- Sabes a lo que me refiero - Lauren miraba su entorno mientras Camila la observaba a ella sin que lo notara. Sonrió.

- Tal vez - No le dio tiempo de contestar a Ally y cerró la puerta. Agitó su mano de lado a lado en señal de despedida y volvió a fijarse en Lauren.

- Vamos - Comenzaron a caminar en silencio, esta vez algo incómodo para Lauren, que buscaba con desesperación algo interesante para decir, pero no le venia nada a la mente. Camila sentía como se regañaba ella misma en silencio por permitir que el viaje fuera tan callado, estaba acostumbrada a tratar de hacer que todos se divirtieran.

Al cabo de un rato, Camila se detuvo de un golpe.

- Dios, Lauren. Deja de pensar, me estás volviendo loca - Exclamó con un toque de diversión en su voz. Lauren se sonrojo.

- Lo siento, estoy algo nerviosa - Confesó mientras apuraba el paso. Estaba unos pocos metros por detrás de Camila.

- ¿Te pongo nerviosa? - Dijo juguetona. Lauren tragó saliva y se sintió como si estuviera en el ascensor.

Siguieron caminando unos minutos más hasta que los grandes árboles desaparecieron y se encontraron frente a un montón de arena, mar y una pequeña casita.

- Lamento que tuvieramos que recorrer tanto camino a pie, pero me gusta caminar hasta acá - Escondió sus manos en los bolsillos y se detuvo, esperando a que Lauren la alcanzara.

Se dedicó a admirar el paisaje. Estaba frío a esa hora, oscuro y las olas hacían música para los oídos de Lauren, el olor del mar se abrió paso rápidamente por sus fosas nasales y cerró los ojos, disfrutando.

Camila, en cambio, estaba admirandola a ella. Esta vez, había algo más fascinante que el paisaje de la playa frente a sus ojos.

Negó con la cabeza y comenzó a desatarse los cordones de sus zapatos, tratando de mantenerse concentrada en otra cosa que no fuera la hermosa chica que tenia a su lado.

¡Deja de hacer eso, Camila!

Se quitó los zapatos y sintió la suave y fría arena en sus dedos y sonrió. Amaba la playa.

- Vamos - Se quedó atrás de Lauren, observandola caminar hacia la orilla, su cabello moviéndose, la forma en la que avanzaba con inseguridad, su mirada cuando se daba la vuelta y le dedicaba una sonrisa nerviosa y, no veo el punto de mentirles, también su trasero.

Efecto Mariposa.Where stories live. Discover now