O2 ━ 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨. [𝐍𝐨𝐜𝐡𝐞 𝐌𝐨𝐥𝐞𝐬𝐭𝐚]

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Si queremos cambios, los hacemos. Pero eso solo es una vil mentira. Nadie quiere cambios. No cuando estamos cómodos con algo. Es estúpido pensar que te puede gustar un cambio en tu bella rutina.

Pero, cuando eso ocurra, hay que estar preparados. Y afrontar los cambios, sonrientes.

Porque de eso se trata la vida. Y no podemos enojarnos por eso. Porque, por más que lloremos y nos quejemos, nadie podrá ayudar.







Normalmente estaría en su cama, viendo películas en posición fetal, preguntándose porqué el mejor amigo de la protagonista nunca se dio cuenta de que estaba enamorada de él.

En esos momentos, desearía estar allí. Desperdiciando su vida, mientras ve programas que se alejan de la verdadera vida que ella protagonizaba.

Siempre había odiado su vida de ocio, se levantaba diciendo « Hoy es el día, hoy haré algo importante ».

Lo peor, era que el día nunca llegaba.

Saber quien era su verdadera madre, en realidad si fue un gran golpe, aunque no se comparaba con el dolor que sintió al saber que solo tenia como propósito ser vendida a un tipo que solo quería tener cuentas claras en la empresa que próximamente sería suya.

Estaba consiente de que no tendría un gran lazo con una hija que acababa de encontrar. Pero, claro, llevaba años buscándola, ¿era solo para negociar con su compromiso? Ella nunca pensó casarse, mucho menos con tantos arreglos.

Y, quien la viera ahora. Terminando de retocar el diseño virtual de su futuro vestido de bodas, en medio de una sala que ni ella misma conocía.

La mudanza fue muy extenuante, en realidad. Ella seguía aferrada a la casa de su madre, la cual había mantenido con los ahorros obtenidos por su trabajo en aquel café vegano qué servía basura para hipsters.

—¿No irás al cuarto? ¿Lo decías en serio?

No respondió. Su vestido necesitaba unos cuantos retoques, y no quería terminar mañana. Aunque, la idea de estar haciendo algo que no fuese ver el rostro de ese tipo y tener que convivir con él fue algo tentadora, sabía bien que mañana estaría en narices con su madre, y eso requería tiempo y paciencia que sabía que no tenía. Aunque de una tenía más que otra.

—Iris, te estoy-

Lila —corrigió, borrando un error en su tableta —, llámame Lila —pidió, en voz baja.

—Tu madre te ha llamado Iris

—Ella no es mi madre. Por ende, no tiene que darme ningún nombre. Me he llamado Lila toda mi vida —murmuró, viéndolo por encima de su tableta. —Y, respondiendo a tu pregunta... No. No dormiré en el mismo cuarto que un desconocido arrogante con cabello lamido de vaca. —Respondió, casi mecánicamente, volviendo a ver su tableta.

Él suspiró, totalmente indignado por su actitud. ¿Creía que para él era fácil? Uno de sus más preciosos tesoros era su intimidad, y estaba perdiendo ese querido valor por culpa de una jovencita nueva rica que no sabía que hacer con su vida.

—No es decisión tuya.

—Ya acepté casarme contigo, egolatra. ¿Podrías callarte de una vez? No me das ordenes —Respondió, revisando su vestido. Ni estaba de humor para lidiar con su actitud, ni con su voz horrenda qué parecía querer sacarla de paciencia.

—Tú no me insultas.

—Lo acabo de hacer —retó, sin dirigirle la mirada.

—Eres insoportable —farfulló, y ella soló soltó un « ujum » forzado por su garganta atorada.

Definitivamente, estaba en rumbo a ser la peor noche de su vida.

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No sé qué estoy haciendo, pero me siento bien. B3

Admito que esto va por mal camino, pero, ah, vamos. Hice mi esfuerzo.

Shar.

• El Reto De Los Días: FALSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora