19 ━ 𝐄𝐬𝐭𝐮𝐝𝐢𝐨 [𝐋𝐚 𝐜𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐭𝐨𝐫𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚]

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Lila vio como el día gris no había cambiado nada. Y sonrió suavemente al sentir las corrientes de aire chocar contra su piel expuesta.

Mala idea salir sin su chaqueta.

A lo lejos pudo divisar la puerta azul del club, así que sonrió más ampliamente.

Rápido caminó hacia allá, estando justo al frente de la puerta. Se abstuvo de tocarla, así que simplemente tomó su celular y se dirigió a la conversación que tenía con Adrien.

Texteó en su WhatsApp: Estoy aquí. Esperando que aunque fuese respondiera rápido.

Esa puerta azul le traía recuerdos. Hace tiempo que no la veía. Seguía del mismo color desde hace tiempo. Aunque se notaba que hace poco la habían pintado nuevamente.

Sonrió al pasar sus dedos por la fría superficie.

Cuantas memorias tenía ahí. Con Nathaniel, con Adrien, con Kagami... Incluso con Marinette.

« Marinette » pensó vagamente, caso sonriendo a te la mención de la pelinegra. Hadfe tanto que no la veía, y era realmente devastador no haber oído hablar de ella a pesar del tiempo.

Adrien y ella se habían distanciado. Al parecer se había distanciado de todos... Menos de Luka.

O al menos eso entendió al enterarse de que ambos eran novios.

—Ahí voy —notificó Adrien, mientras se oía el sonido de las pisadas recorrer las escaleras —. No te desesperes.

Lila soltó una risita nuda, negando ligeramente.

El sonido de la puerta abriéndose la alertó, dejando ver su sonrisa más amplia.

Sin importarle el feo clima, sonrió. Aunque sentía el frío pellizcar sus muslos y las preocupaciones ocupar su mente.

No era momento para quejarse.










—Arriba te esperan —habló Adrien, mientras subían las largas escaleras.

—¿Quién? —Preguntó ella, sonriendo con algo de gracia al ver la actitud feliz del rubio.

El ojiverde se encogió de hombros, con su sonrisa infantil adornando sus facciones.

—Muchas personas que seguro amarás volver a ver.

Lila estuvo a punto de decirle algo, pero calló al sentir como Adrien abría la puerta con tranquilidad envidiable.

« Desearía ser él » pensó Lila, suspirando.

No tenía preocupaciones, y si las tenía, sabía guardarlas muy bien.

En ese momento lo pensó mejor. ¿Realmente la vida de Adrien era como decía? Y si no era así... ¿Cuántos dolores escondería detrás de su dulce sonrisa?

—Bueno —. Luego de batallar un rato con la llave, por fin pudo abrir la puerta, y la abrió elegantemente para que Lila pasara —Primero las damas.

—Oh, que caballero —dijo burlesca Lila, entrando al edificio.

Pero, su sorpresa fue, ver como Adrien le sonreía a alguien delante de ella. Así que, con duda, volteó suavemente para observar a que le sonreía él.

Al ver hacia adelante, pudo divisar dos figuras frente a ella.

Sus ojos, atentos a sus movimientos, se abrieron de par en par.

Sorpresa. Solo eso sentía en ese momento. Una sorpresa que jamás creyó sentir.

—¿Marc?... ¿Ka-Kagami?

—Bienvenida seas de nuevo, Lila Rossi











—¿Todo eso ocurrió en mi ausencia? —Preguntó Lila, aún sin poder creer nada de lo que le decían.

Kagami asintió, con una pequeña sonrisa.

—Realmente teníamos tiempo sin vernos. ¿No es así, Marc?

El pelinegro de ojos verdosos asintió, con una sonrisa más grande.

—Te extrañamos mucho.

Lila sintió las lágrimas en sus ojos. Pero eran pocas. No tenían el valor de salir a alumbrar en su rostro.

Era un sentimiento hermoso. El ver a sus amigos de la infancia acompañarla esa tarde, era una experiencia como ninguna otra.

Atesoraba en su corazón que Adrien la hubiera guiado hasta allí. Que le hubiera enviado ese mensaje.

—Luka y Mari no pudieron venir... —Habló Adrien, con tono triste —. Pelearon anoche y ahora están ignorándose como niños pequeños. —Se quejó —Si venía uno no venía el otro. Así que al final decidieron un venir ninguno de los dos —finalizó, rodando los ojos con molestia.

Lila asintió, mientras veía con una sonrisa nostálgica el rostro de Adrien.

Luka y Marinette. ¿Quién lo diría? Ambos parecían ignorarse olímpicamente en el club. Además, Marinette decía que Luka era muy mayor para ella.

Y fue novio de su mejor amiga... Fue novio de Lila.

Y de verdad creyó que cumpliría su voto de lealtad.

Pero todo se fue al caño meses después de que se fuera. Realmente le dolía pensar en que Marinette no esperó ni un año para empezar su relación con Luka.

Se sentía traicionada aunque en realidad no fue más que un amor juvenil.

Todos pudieron notar que el tema afectó el humor de Rossi, ya que inmediatamente el ambiente se tornó más turbio y tenso que antes.

Marc carraspeó, rompiendo el silencio en el que se envolvieron.

—Por cierto~. Oí por ahí que te vas a casar —. Lila sintió un zumbido en sus oídos al terminar de escuchar eso, casi tragando saliva por el impacto —. ¿Es cierto?

—Marc —le regañó en un susurro Kagami, dándole un codazo, frunciendo el ceño también.

El pelinegro soltó un quejido y se sobó la zona afectada del brazo, mientras veía con recelo a la japonesa.

—Perdón, solo decía... —Murmuró, rodando los ojos ante el regaño de Kagami.

—No pasa nada —Habló Lila, negando suavemente, con tranquilidad.

Una tranquilidad mal fingida. Una tranquilidad vacía y rota. No existía y no existiría mientras las heridas estuvieran tan abiertas y latientes.

—Sí, me voy a casar —admitió, bajando la mirada y borrando su sonrisa —. Pero no decisión propia —murmuró de último, casi con dolor.

Y, como una advertencia, su teléfono sonó. Alertando a Lila de que tenía un mensaje.

Extrañada, vio su celular y notó una notificación que la alteró.

Tres llamadas perdidas.
Félix.



















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Flojo y corto porque realmente me estoy muriendo.

Ayuda.

— Shar.

• El Reto De Los Días: FALSOWhere stories live. Discover now