13 ━ 𝐌𝐚𝐝𝐫𝐞 [𝐌𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞]

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El tiempo podría pasar, podría dar la vuelta y regresar cuando la vejez se haya apoderado de ella. Pero nunca aceptaría a una falsa figura materna como su progenitora.

Y eso era lo que más odiaba. No poder verla a los ojos y tragarse su desprecio.

Bien dicen por ahí que el que crea fama, no debe creer que la puede borrar tan fácilmente.

Porque así es. No se trata de la primera impresión, ni de la segunda. Se trata de como eres.

Por eso retrocedió antes de darle la mano.

Porque ella no era buena persona. Y no se daba el lujo de fingir que sí lo era.

Desearía estar abrazando a otra persona. Por eso sentía escalofríos.

Se preparó mentalmente antes de pasar por esa puerta. No sabía bien si entrar o huir. La última sonaba totalmente tentadora.

No quería estar allí. Compartiendo tiempo con su madre.

¿Que tenía que hablar con ella? Hace unos 13 años, esa charla habría servido de algo. Ahora no.

Su mano jugó, y se apretó. El sudor en ella era incómodo, pero no podía pararlo.

¿Que debía decir cuando entrara?

Suspiró, mientras tomaba el picaporte en su sudorosa y temblorosa palma pálida.

« Sé fuerte » pensó « No te va a pasar nada malo » y asintió con seguridad.

El chirrido incomodo de la puerta no faltó, haciendo que esta se abriera lentamente, haciéndola entrar en pánico.

¿Si no estaba sola? ¿Si había alguien más haciéndole compañía? O peor, ¿una reunión?

Tragó saliva, viendo como la puerta dejaba ver el interior blanco y pulcro del lugar.

Suspiró, sintiendo los nervios apoderarse de ella. El silencio que llenaba el lugar era verdaderamente atemorizante. No podía creer que estaba allí de nuevo.

—Buenos días... —Murmuró, entrando muy despacio.

—¿Uh? —la mayor elevó la cabeza, encontrándose con una Lila hecha tomo un ramo de nervios —. ¡Oh, cariño! Que bueno que haz llegado. Dale, siéntate. —Habló, sonriéndole.

La castaña observó a la ojiazul, y luego a la silla frente a ella.

Incluso dudaba de sentarse o hacer un movimiento brusco. No tenía nada de confianza en ese lugar.

Observó la silla otros segundos, sin poder eliminar de su soslayo la mirada fría y la sonrisa enorme que tenía Kate.

Definitivamente era bastante aterradora esa idea. La idea de verla como si fueran conocidas de toda la vida.

No le parecía correcto. No era correcto.

—No me sentaré —habló, aún observando la silla fría delante de ella —. Solo venía por su citación... —Murmuró, aclarando que no llegaba por gusto.

La rubia hizo una mueca de tristeza, y cerró su laptop sin siquiera mirar.

—Oh, Iris —habló —. Sé que aún no te caigo bien, pero todo lo que hago es por tu bien y tu futuro... —Murmuró, sonriendo.

« Jamás te lo pedí » pensó Lila, mientras veía al piso con un nudo en el estómago.

Tenía ganas de vomitar.

El simple hecho de saber que esa mujer solo la recogió para obtener beneficios de su matrimonio... Era horrible.

Para ella, su madre biológica nunca valió un centavo para ella. Era casi inexistente en sus pensamientos.

• El Reto De Los Días: FALSOHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin