15 ━ 𝐋𝐚 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝 [𝐓𝐮 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐦𝐞 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚 𝐦𝐚́𝐬]

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Siempre se ha creído que con la paz se podría salvar el mundo. Pero ni siquiera podríamos hacer paz en un pequeño grupo de personas. Porque las diferencias existen desde el principio de la humanidad.

No podemos obligarnos a ser iguales.

El sonido de la cafetera era el único sonido llenando la habitación.

Y el sonido de sus respiraciones haciendo eco por los pasillos.

Lila tenía un nudo en su estómago.

No sabía que hacer. Había sido un día terrible, y lo último que quería era tener que escuchar una de las peores noticias de toda su vida.

Pero así pasó. Su última esperanza se apagó con tal brutalidad, que la oscuridad se apoderó de ella.

Sin tener fuerzas para nada, suspiró y tiró su cabeza al recostadero del sofá.

« No puede estar pasando... » pensó, cerrando los ojos.

Toda su vida tuvo miedo a quedarse sola. A nunca conocer a su familia real. A estarse perdiendo una bella vida a su lado.

Ahora entendía el porqué su madre nunca le contó nada de Kate. Era una manipuladora, una mujer sedienta de dinero y llena de avaricia.

Nunca creyó que su madre sería tan cruel, hasta que al fin la conoció realmente.

Esa fría mujer rubia que parecía odiarla con solo sus miradas de burla. Se burlaba de ella, de su situación. Estaba segura de eso.

Colt Fathom fue la cereza del pastel.

No pensaba encontrarlo cuando llegara de eso horrible reunión. Después de esa tarde ajetreada y amarga.

La noche estaba fría, pero su cuerpo no admitía el frío.

El calor sudoroso de sus nervios la tenía colapsada. Y de muy mala forma.

No sabía ni que decirle al Félix que estaba en la sala, preparando Té.

Estaba molesta con él, sí. Pero estaba aún más que molesta con sus padres.

Aunque la desesperación era lo único que sentía en ese momento.

En ese momento, el rubio nervioso, se acercó con cuidado a sentarse delante de ella, dejando sobre la mesa, un té de caramelo .

Ella no se movió, solo abrió los ojos y negó suavemente.

Su vida se iba al caño.

—Félix...

El rubio se sorprendió de oírla decir su nombre, pero no perdió tiempo y la observó.

—¿Que ocurre? —Preguntó, viéndola aún.

Ella solo acomodó su cabeza, para poder verlo con claridad. Bajó la mirada, con tristeza en incluso algo de pena.

—Lo siento.

El ojiverde se quedó pasmado, sin saber que responder

¿Por qué se disculpaba? Ella no tenía la culpa de absolutamente nada. Al igual que él.

—Perdón por... El escándalo que te armé el otro día —se disculpó, viendo su té —. No estuvo bien de mi parte reclamarte por eso... —Murmuró —. Tú puedes acostarte con quién quieras, yo... —suspiró, mientras se acomodaba en el sillón —. No es mi problema lo que tú hagas. Después de todo, no me debes ningún respeto ni nada por el estilo —habló, y tomó la taza entre manos —. Supongo que estaba enojada por tener que vivir aquí, y la pagué contigo —admitió, sintiendo el vapor del té chocar contra su rostro.

Felix calló.

En gran parte tenía razón. Aunque él también llegó a pensar que estuvo muy mal llevar a Chloé y bueno... Hacer lo que hizo con ella.

Lila quizá tenía razón al decir que fue algo exagerada. Pero, en realidad él sí le debía un respeto por ser su compañera de casa.

Y próximamente su compañera de vida.

Suspiró la sentir esa sensación de malestar al recordar su compromiso.

—Sí, emh... Con respecto a eso... —Félix tragó saliva, no era bueno disculpándose —. Lamento... Lo que hice —habló, por lo bajo, mientras veía el reflejo de él frente a su té de manzanilla. —Estuvo muy mal traer a Chloé y bueno... Esas cosas. —Admitió —. Actué como un tonto por no querer admitir que tenía parte de la culpa —murmuró —. Cuando vi la estupidez que cometí, me arrepentí de todo. Incluso de tratarse de esa manera —prosiguió —. Pero tú no querías hablar conmigo, y estabas con Adrien... Entonces me lo guardé —explicó —. Supongo que también debo decirte lo siento, ¿no?

Lila sintió un pinchazo en su corazón. No tenía ni idea de que ver a Félix de esa forma podría ser tan... ¿Sorprendente?

Tragó un poco de té, buscando deshacerse de ese nudo en su estómago.

—No es para que se sientas incómoda ni nada...

Lila negó rápidamente, e hizo un gesto de negación con su mano.

—No, tranquilo, lo que pasa es que... —. Suspiró —. No lo había visto desde ese punto. —Murmuró, sintiendo como la cerámica caliente quemaba su mano —. Pero, bueno. Supongo que ambos nos equivocamos.

Felix asintió, aún viendo su té.

—Bueno... —Murmuró él, suspirando —. Supongo que podríamos... Dejar todo eso atrás, ¿no? Porque, con la nueva noticia...

Lila también asintió, algo tímida.

—Por nuestro bien mental... —Murmuró, tratando saliva.

Pensar en que su vida sería junto a Félix, era bastante aterrador. Pero, todo acabaría dentro de poco.

Pronto cumpliría los 18 años, así sería muchísimo más fácil deshacerse del matrimonio.

Aunque era más difícil que eso. Si ella dejaba de lado el matrimonio, quedaría en la calle. No tenía nada, Kate le había quitado todo.

Suspiró.

Tendría tantas cosas en la casa, pero la única que importaba en ese momento, era la promesa de llevarse bien con Félix.



















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Shar.

• El Reto De Los Días: FALSOTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang