18 ━ 𝐏𝐚𝐩𝐞𝐥 [𝐒𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐢𝐚𝐧𝐭𝐞]

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Después de ese tenso momento en el café, Lila pudo jurar que la mirada Nathaniel, a pesar de su frialdad, se había vuelto más cálida e incluso más expresiva.

Todo ambiente duro se fue. Cada silencio incómodo se desvaneció, y cada tartamudeo de él también.

Porque de nuevo tenían confianza entre ellos mismos.

Y sus ojos azules lo demostraban.

—Lila, no creo que sea necesario...

—Vamos, será divertido —animó la pelicastaña, sonriente, sacando unas hojas y unos lapiceros —. Hace tiempo que no dibujo nada, y hace tiempo que no te veo dibujando... —Sinceró, sonriéndole —. Me parece una buena idea regresar a esos tiempos en donde solo te la pasabas dibujando y yo quería aprender a hacerlo.

El pelirrojo solo la vio con duda. Realmente las ideas de Lila nunca eran las mejores. Muchas veces se metieron en problemas por esas ideas locas que tenía.

Aunque, en comparación con colocarle una cucaracha al café de la profesora de química, dibujar no sonaba tan mal.

En realidad, quizá tenía suficientes ánimos como para dibujar un rato.

Aún algo escéptico, tomó una hoja y un lápiz número 2 que Lila le estaba ofreciendo.

—Vale, vamos a dibujar —aceptó —. Pero con una condición.

—¿Cuál? —Preguntó ella, sin saber a que se refería.

—Que tú seas mi musa























—¿Ya me puedo mover?

—No, aún no.

—¿Cúanto falta?

—Un poco. Si dejas de hablar, faltará menos.

—Uh... ¿Ya me puedo mover?

—Que no... —habló Nathaniel con exasperación, viéndola con algo de enojo.

Lila captó eso, y simplemente desvió la mirada para ver al frente, tal como Nath le había dicho anteriormente.

El pelirrojo pasó su dedo por una zona en particular, para difuminar y en algunas partes para dar sombra sutilmente.

—Ya casi... —Murmuró él para si mismo, mientras sacaba un poco la lengua.

Lila solo sonrió levemente al ver la expresión de concentración tan tierna que tenía Nathaniel en esos momentos.

¿Como podría olvidarlo? Era la cara que siempre ponía al pintar.

Al esmerarse dibujando.

Y era casi refrescante poder verlo otra vez de esa manera.

Al ver que él la vio para regañarla, dejó de sonreír y siguió con su expresión seria. Quería que terminara rápido su trabajo.

—Vale... Creo... Que ya está listo —murmuró, comparando su dibujo con la realidad.

—¿Y? ¿Como se ve?

—Se ve... —. Nathaniel tragó saliva —Bien... Supongo —murmuró, algo sonrojado.

No sabría describir como se veía. Hace mucho que había renunciado al dibujo. Después de que perdiera su membresía en el club artístico, permaneció lejano a cualquier cosa relacionada al arte.

Ahora, volver a dibujar, teniendo de ejemplo a su amiga antigua. Era como flotar. Totalmente extraño pero relajante.

Era una sensación de frío cálido.

• El Reto De Los Días: FALSOWhere stories live. Discover now