17 ━ 𝐒𝐨𝐫𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚 [¿𝐍𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐨?]

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El café estaba casi solo.

No había nadie. Era un feo día triste en el cual nadie tenía ganas de salir.

El cielo señalaba que se aproximaba una tormenta, y las nubes tapaban el sol brillante que ayer protagonizaba el día.

La tarde era gris, sin ánimos, como si estuviera triste.

Por eso, ver esa cabellera roja buscando asientos libres, era como una bocanada de aire fresco.

Él jamás pasaba por ahí. Era la primer vez que visitaba ese local. Por ende, estar desorientado era algo normal.

Pero, cuando se encontró con esos ojos marrones chispeantes, algo hizo "clip" y todo encendió.

Ahora sé encontraban tomando café muy a gusto. O al menos Lila, ya Nathaniel no había ni probado el suyo.

—Vaya... —Murmuró Lila, esta vez sonriendo de lado.

El pelirrojo se sonrojo, escondiendo su rostro entre su cuaderno y desviando la mirada.

Verla otra vez. Que gran sorpresa.

—Pensé que habías muerto, jah —bromeó Lila, soltando una risa —. Hace tiempo que no envías ni un mensaje de texto —añadió, sonriente.

Nathaniel no hizo más que aguantar la respiración.

Él pensó que ser tímido había quedado atrás. Que era una de sus facetas estúpidas y que ya no existía.

Pero la equivocación tan grande que tuvo, fue casi graciosa, y más aún al ver su reacción al notar que Lila lo acompañaba en ese pequeño café.

No creyó encontrarla. Ella se había ido sin explicaciones, así que dudaba de que volviera.

Hasta que la observó con sus propios ojos.

Y la timidez volvió como un recuerdo en carne viva.

—Oh... Lila... —Susurró, con nervios —. Que bueno que estás aquí —murmuró, mientras trataba de mostrarse natural —. Digo, no te veía desde hace... Mh... Un buen rato —Balbuceó, jugando con sus dedos de manera nerviosa.

—Sí... —Murmuró Lila —. Después de que salí del Club de Arte no te volví a ver. —Recordó.

Nathaniel sintió una punzada en su corazón al oír el tema del club.

Después de que lo echaran, él tampoco había rondado esos lares, —claro, sin mencionar aquella vez que golpeó a Luka—. Así que Lila y él perdieron todo tipo de contacto.

Hasta hace unos días se enteró de su mudanza repentina, y no sabía ni como preguntar cual era su nueva dirección.

—Cierto —se limitó a responder, tragando saliva —. Eso fue hace mucho...

Lila solo lo observó, con una pequeña sonrisa.

Era adorable verlo así. Le traía muchos recuerdos.

Aún no se tragaba el cuento de que dejó moribundo al pobre de su ex novio.

Ese sonrojo le traía muchos recuerdos guardados. Era como volver a ver al tímido y pequeño Nathaniel que la dibujaba en secundaria.

Era su Nathaniel. A pesar de que el tiempo pasó muy rápido, y que consigo trajo cambios parciales, para los ojos de Lila, ese pelirrojo siempre sería una ternura.

Pero, una duda surgió nuevamente dentro de ella.

Y ese era el tema de Marinette.

Nathaniel había golpeado a Luka por Marinette, ¿no era así? Entonces, ¿a Nath le gustaba Marinette?

Tomó una bocanada de aire, buscando la manera más tranquila de preguntar.

Y el ambiente no ayudaba en nada.

—Oye, Nath... —Murmuró, llamando la atención del pelirrojo. Quién volteó a verla con duda —. Me dijeron que tú... —tragó saliva, desviando un poco la mirada —. Golpeaste a Luka al frente del club —finalizó.

La mirada Nathaniel se oscureció un momento, dejando ver un poco de culpa y rencor en ellos.

Con esa misma mirada, vio a Lila, quién se extrañó por la expresión sombría de Nath.

—Sí es mentira, tranquilo. Solo preguntaba porque-

—Sí, sí lo hice —Respondió, cortante, volteando a ver la ventana, la cual ya reflejaba el mal día que había.

Lila se sorprendió un poco por su firmeza e incluso por su frialdad. Él jamás le había hablado de esa forma. Al menos no de un momento para otro.

Realmente sí había cambiado en todos esos años.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Ha- ¿Habían discutido? —Preguntó, un poco inquieta por saber los motivos.

—No —Respondió —. No, en realidad... —. Suspiró intermedio —. Yo fui allá a reclamarle —murmuró, sin quitar su mirada de la ventana.

—¿Por... Por qué?

El pelirrojo se encogió de hombros, sin dejar atrás su semblante serio y hasta enojado.

Lila frunció los labios. Era obvio que tenía un motivo para pelear con él, solo que no quería decírselo.

—Tenía ganas de decirle sus verdades desde hace tiempo... Simplemente estaba esperando el momento —confesó, recargando su mejilla de su palma, aún sin ser capaz de ver a Lila.

—Oh... —Murmuró Lila, sin quitar la mirada del joven que yacía algo pensativo.

—Quizá creas que fui inmaduro... —Murmuró de repente, aún sin verla. Su mirada mostró un poco de arrepentimiento.

Lila negó suavemente ante eso, con una pequeña sonrisa.

Entendía que los impulsos eran solo eso, impulsos. Y que por más civilizado que uno llegue a ser, no podrá controlarlos una vez salgan de control.

—No, no creo eso —contestó —. Realmente pienso que no fuiste inmaduro. Fuiste impulsivo. Y aunque eso sea algo malo, cada quién lo ha sido en su momento.

Con esas palabras, ganó una sonrisa de Nathaniel, acompañada de su mirar. Que, aunque seguía algo perdido, tenía restos de brillo en el fondo de su iris.

El brillo que se negaba a apagarse por completo.

Nathaniel siempre sería Nath para ella. Y no podía cambiar eso por lo que fuese que él hiciera.






































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Solo dos capítulos para el cap final... ¡Que nervios!

— Shar.

• El Reto De Los Días: FALSOWhere stories live. Discover now