Capítulo 57

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Hizo un esfuerzo sobrehumano para poder levantarse de la silla que la sostenía y poder buscar una farmacia. Decir que estaba asustada es poco, se sentía aterrada, inconscientemente en todo el camino se tocaba el vientre plano. Suspiro con fuerza antes de entrar y una dependienta con una sonrisa estaba lista para brindarle la atención debida.

—¿En qué puedo ayudarla?—preguntó con una bella sonrisa la joven.

—Yo…—se quedó muda de repente, era muy vergonzoso para ella pedir un test de embarazo, mucha gente está entrando y saliendo del lugar, la joven al verla un poco complicada empezó a entender la situación.

—¿Cuántas desea?—preguntó la joven haciendo que Meiling se ponga de mil colores—. Con una no será suficiente, te recomiendo por lo menos cinco.

Meiling la vio con ganas de llorar, para colmo está sola, no tiene novio, lo que pasaba con su guardaespaldas era solo para desfogarse y desconectarse de la realidad. Al menos es lo que para ella fue aquello al principio. Recuerda lo que él le confesó antes de irse y su renuencia a seguir empeñada en Shaoran hicieron que no pueda darle una respuesta.

—Está bien—respondió bajando la cabeza—. Pagaré con tarjeta de crédito.

La dependienta fue a traer el pedido en una bolsa oscura, algo que la de cabellos negros agradeció. Pagó el pedido y sin mirar a nadie se encerró en su departamento con su corazón latiendo sin parar.

Sacó con mucho temor cada test de embarazo poniéndolos en la mesa, pasó saliva presa del miedo. Se calmó y después de media hora tomó abundante agua y antes de arrepentirse se encerró en el baño siguiendo las instrucciones.

Los cinco minutos más largos de su vida estaba ahí, se puso a pensar en muchas cosas, la principal por supuesto fue pensar en la reacción de su padre y lo que es peor, cuando se entere que es de un simple guardaespaldas como siempre ha catalogado a los empleados de su primo. Gente inservible que solo son escorias.

No podía esperar más tiempo, lentamente se acercó a ver cada test y al hacerlo su corazón se detuvo aunado con muchas lágrimas que trató de controlar pero que no logró evitar.

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S

haoran:

Está que me lleva el demonio, estoy dando vueltas como un loco posesivo. La reaparición de Ariela no me conviene para nada, estoy seguro que se ha escapado de ese lugar para tratar de llegar a mí. No puedo permitir que le diga toda la verdad a Sakura.

La primera vez me salvé porque su padre se convenció de que sus problemas mentales amenazaban con regresar, pero le contó todo a Andrew y al hacerlo ese tema pende de un hilo demasiado delgado que se romperá al momento que Sakura se entere. Ahora con su carácter y temperamento es más que obvio que le creerá a ella.

Incluso será un pretexto perfecto para deshacerse de mí pero que no cante victoria porque solo muerto se alejara de mí. Tocan la puerta tratando de tranquilizarme, este problema no me debe afectar. Con un adelante firme la mujer que es mi secretaria entró con su vaivén de caderas, por un momento la vi con interés pero el tema de Ariela me pone furibundo.

—¿Que pasa?—pregunte malhumorado haciendo que ella borre la sonrisa.

—El señor Eriol Loo está afuera y desea hablar con usted—me responde, fruncí el ceño por ello—. No se irá de aquí hasta que usted lo reciba.

Si es así significa que algo está pasando, mi tío está muy silencioso también y no es bueno que los deje de lado tanto a él como a Meiling. Le pedí que le diga que pase. Me acomodé el saco y la corbata para escuchar lo que tenía que decirme, pero al hacerlo sus ojos azules me miran con ganas de asesinarme. Mi corazón latió con fuerza, me levanté del asiento y todo fue tan rápido. Eriol me propinó un certero cabezazo dejándome en el suelo. Lo miré sorprendido al principio para luego levantarme y saber qué está pasando.

𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐕𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚Where stories live. Discover now