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CAPÍTULO 1 | LE POINT DE DÉPART

Emma bajó de su habitación cargando el pesado baúl, Ginny y los gemelos estaban desayunando mientras su madre terminaba de hacer tortitas para todos.

-No me puedo creer que te hayan expulsado del prestigioso Beauxbatons -dijo Ginny, en un intento fracasado de pronunciar correctamente el nombre de la academia en la que su hermana había estado varios años.

-No te preocupes por eso, Emma, Hogwarts es mucho mejor que ese colegio de estirados -dijo Fred.

-Eso, nuestro uniforme es mucho mejor que
esas cosas -añadió George, su gemelo.

-Parecé que lleven perchas -dijo Fred, mofándose mientras imitaba la forma de andar de los ahora ex-compañeros de su hermana.

-No digag ego Fged, nuegtgo unifogme eg muso mejog que eg de Hogwags -le respondió su gemelo, imitando el acento de una de las amigas de Emma.

-Callaros ya y terminad de desayunar. En nada
salimos -les regañó su madre, dejando un plato lleno de pancakes en la mesa.

Emma soltó su baúl al lado de la entrada a la cocina y corrió a sentarse junto a sus hermanos para probar esa delicia antes de que desapareciera.

El siguiente en bajar fue Ron, acompañado de Harry y Hermione, quienes parecían no haberse separado del pelirrojo en todo el verano.
Los tres se sentaron en la mesa y empezaron a desayunar.

(...)

Estaban apunto de subir al tren cuando su madre empezó a llenarles la cara de besos a todos los Weasley.
-Adiós Ginny. Adiós Ronnie -se despedía de cada uno- cuidad de vuestra hermana, Emmie es nueva y se puede llegar a sentir excluida.

La nombrada soltó un suspiro respecto al comentario. Ya había pasado todo el verano pensando en eso, no necesitaba que alguien se lo recordará.

Emma empezó a andar junto a su hermana pequeña.

Cuando llegaron al tren, mientras iban caminando por esos estrechos pasillos, Emma divisó a un grupo de chicos con túnicas de colores negro y escarlata junto a una chica de pelo rubio con el mismo uniforme con la distinción de que, esta vez, el negro acompañaba a un color azul.

Emma había escuchado hablar a sus hermanos de Hogwarts, se enteraba de todos los cotilleos y de la mayoría de datos básicos, por lo que le sonaban muchos nombres.

Emma se giró a su hermana para ver cómo ésta apretaba sus puños mientras miraba la escena que tenían delante, se dirigió al grupo dando zancadas y, cuando llegó a ellos, se paró en seco, con los brazos cruzados.

-Malfoy, deja en paz a Luna -le dijo Ginny a uno de los chicos vestidos con escarlata, era rubio y estaba en el centro del grupo.

Emma se acercó a su hermana a paso lento y esperó a su lado.

-Deja de meterte donde no te llaman, Weasley -escupió el rubio con desprecio.

Ginny parecía estar muy enfadada y Emma podía deducir por qué.

De pronto, el rubio dirigió su mirada de asco a la otra pelirroja, quien era tan solo unos centímetros más alta que su hermana y lucía una túnica de Hogwarts heredada de ésta, Ginny la había llevado en su primer año y Molly decidió reutilizarla añadiendo algo de tela.