O2O

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Emma acababa de darse una ducha después de entrenar quidditch con los gemelos y decidió ir a la habitación de los chicos, donde todos sus amigos estaban reunidos.

—Por fin has llegado —dijo Malfoy, en cuanto la vio entrar, lo cual sorprendió bastante a Emma, aunque la explicación la dejó más tranquila—. Tenemos que terminar el trabajo de Pociones, habíamos acordado con tu novio que estaríamos a las seis en la biblioteca.

—No es mi novio —aclaró ella, antes de colgarse su mochila, la cual había dejado antes sobre el escritorio de Theodore—. Vamos.

Ambos emprendieron el camino hacía la biblioteca, cruzándose por el camino con otros compañeros de su edad que también habían acordado quedar a esa hora para hacer el trabajo.

—A la mínima que haya un momento incómodo, me invento una excusa y me voy —avisó Malfoy, entrando a la biblioteca.

—Vamos a estar bien —dijo Emma, más para ella que para el rubio.

Se sentaron junto a Potter en cuanto lo vieron, sacando libros de sus mochilas y empezando a leer y tomar apuntes en silencio.

—Emma —murmuró Harry, haciendo que Weasley levantará la cabeza del libro, encontrándose con el azabache mirándola fijamente.

Vió cómo él bajaba la mirada a la mesa, haciendo que la pelirroja se fijará en cómo le acercaba una carta.

Ella la alcanzó y la guardó en su mochila, dispuesta a leerla más tarde.

(...)

Emma observaba, sentada en su cama, a Pansy y Daphne, que leían la carta que Potter le había dado el día anterior.

—No tiene mala letra —dijo Parkinson, y Weasley comprendió que era el único punto positivo que sacaría de esa carta.

—Al menos se ha disculpado —objetó Daphne, arrugando la nariz.

La pelirroja bufó, tirándose de espaldas sobre su cama.

—Las relaciones deberían ser más fáciles, un simple me gustas, ¿te gusto? Salgamos. Y ya —se quejó la ojiazul, frunciendo el ceño.

—Qué romántico —ironizó Greenglass, sentándose en su cama, frente a Emma.

—Es que no entiendo por qué todo lo malo me pasa a mí —lamentó Weasley—. Mientras tanto Ginny tiene un lo-que-sean-ella-y-Dean estupendo, está en Gryffindor y se lleva genial con sus hermanos.

—No seas tan dramática, que te pelees con uno de tus cien hermanos no significa que te lleves fatal con todos.

—Consolar no es lo tuyo, Pansy.

La pelinegra frunció el ceño, mirando a Daphne.

—Solo digo la verdad —afirmó Parkinson—. Deberíamos estar preocupándonos por nuestro peinado para el baile, no por hombres.

La pelirroja se incorporó y notó cómo Daphne le daba un codazo a Pansy disimuladamente.

—¿Sabes qué? Tienes razón.

—¿Qué? —cuestionaron al unísono las otras dos, ambas extrañadas por el hecho de que Emma y Pansy solían estar siempre en desacuerdo.

—Pansy tiene razón —reafirmó Emma—, el baile es en un par de días y estoy preocupándome por el enfado de mi hermano y el enredamiento de Harry. Voy a ir con cualquier chico guapo que me pida ir al baile y voy a disfrutar con mis amigas.

Parkinson y Greenglass miraron a su amiga con sonrisas en los rostros.

—Bien, porque un tal Delacour me dijo que quería preguntarte algo —soltó Daphne.

𝗲𝗻𝗶𝗴𝗺𝗮 !¡ 𝗲𝗺𝗺𝗮 𝘄𝗲𝗮𝘀𝗹𝗲𝘆Where stories live. Discover now