𝗲𝗻𝗶𝗴𝗺𝗮 !¡ 𝗲𝗺𝗺𝗮 𝘄𝗲𝗮𝘀𝗹𝗲𝘆

OI7

—No es lo que parece —se apresuró a aclarar la chica.

—¿De qué hablas, cielo? —preguntó Draco, mirando a Emma y fingiendo confusión.

—No llames así a mi hermana —le ordenó George, pegando bruscamente a la mano de Draco y agarrando a su hermana del brazo para acercarla a si mismo.

—¿Qué prefieres entonces, Emma? ¿Pelirroja? ¿Amor?

—Cállate, teñido —soltó Fred, dando unos pasos hasta situarse frente a él para después darse media vuelta y mirar a su hermana, excluyendo al rubio de la conversación.

—¿Estás saliendo con Malfoy?

—No —aclaró Emma rápidamente—. Sabéis que adora molestar. Además, en cuanto salga con alguien lo primero que haré será echárselo en cara a mis hermanos favoritos.

—¿Somos tus hermanos favoritos? —interrogó Fred, con una genuina sonrisa. La chica sabía perfectamente que esas palabras le harían perder el hilo de la conversación.

—Definitivamente estáis en el top tres —afirmó la pelirroja.

Fred y George asintieron, satisfechos.

—¿Ya habéis terminado vuestro reencuentro familiar? —preguntó Draco, poniéndose al lado de Fred, aunque a una distancia prudente—. Si vuelvo sin Weasley me expongo a que Daphne y Blaise me hagan un interrogatorio.

—Me voy —se despidió Emma de sus hermanos, abrazando a George.

—¿Le haces caso? —susurró él.

—Voy a obligarle a pagar mis chuches —afirmó la pelirroja por lo bajo, separándose del abrazo segundos después.

—Nos vemos, Emmie —se despidió Fred, dándole un rápido abrazo a su hermana y despeinándola de paso.

—Adiós —se volvió a despedir Emma, peinándose con sus manos el pelo.

Malfoy se quedó unos segundos observándola mientras terminaba de arreglarse su anaranjado pelo.

—Hoy invitas tú —aclaró ella en cuanto supuso que cada mechón ya estaba en su sitio.

El rubio se quedó mirándola unos segundos, y Emma ladeó la cabeza, curiosa.

—¿Qué miras?

—Sigues despeinada —explicó él, acercándose a la ojiazul y colocando un mechón de su anaranjado cabello.

—Como si tú estuvieras peinado —se quejó Weasley, alzando su mano para agarrar un mechón rubio que yacía en la frente de Draco.

—Yo me veo bien hasta sin peinar —afirmó Malfoy, apartando la mano de la chica bruscamente para volverse a peinar, o despeinar.

—Eres bastante maleducado aunque finjas que no —soltó Emma, observando cada expresión del chico.

Tras esos meses de conocer a los Slytherin de clase alta, se había dado cuenta de que esa educación que mostraban en público, como cuando comían, respetaban el turno de palabra, etc, se esfumaba en cuanto su ego quería salir.

—¿Qué dices? —cuestionó Draco, mirándola como si fuera menos que él.

—Que actúas como un maleducado a veces —dijo ella.

—¿Y me lo dices tú? —se mofó Malfoy, levantando las cejas.

—También discutes demasiado —añadió Emma, con un tono tranquilo.

—Porque hay gente muy molesta —se justificó él—. Si no fueras tan insoportable no estaría a la defensiva.

—Eso es mentira —apuntó Weasley—. Neville Longbottom nunca te ha dirigido siquiera una mirada y siempre estás metiéndote con él.