The Kayas (Versión en Español)

Días Mejores - Parte 1

¡Hola chicos!

Después de un largo parón, estamos de vuelta. Esta vez, en lugar de avanzar en la línea de tiempo, retrocederemos unos años para explorar el comienzo de la vida matrimonial de nuestro dúo favorito. Esta nueva historia comienza cuando Ceylin descubre que está embarazada de Evrim (y sólo Dios sabe a dónde nos llevará; tú y yo lo descubriremos a medida que avance). Pero me imagino que, al igual que los demás, tendrá unos 4 o 6 capítulos.

¡Feliz lectura y gracias de antemano por todo el amor y apoyo!

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LOS KAYA – DÍAS MEJORES (PARTE 1)

Ceylin suspiró profundamente mientras apartaba la vista del reloj de su teléfono celular y miraba los azulejos de la pared frente a ella. Aunque no era la primera vez que se hacía una prueba de embarazo, esos tres minutos de espera le parecieron los más largos de su vida.

La abogada atravesó un conflicto de emociones al considerar todo lo que en su vida la había llevado hasta ese momento.

Ceylin había estado casada con Ilgaz durante un año, pero solo ocho meses antes finalmente habían decidido estar juntos y se habían convertido en una verdadera pareja. Construir un hogar y una vida con el hombre que amaba era una experiencia nueva, pero estaba completamente comprometida en ese viaje. Ceylin no recordaba haberse sentido nunca tan cómoda en su propia casa como se sentía ahora.

La abogada era consciente de que había crecido en un ambiente caótico y conflictivo. Sus recuerdos de la infancia y la adolescencia no eran exactamente los mejores, al igual que lo que significaba ser parte de una familia. Durante la mayor parte de su vida, Ceylin había recibido demasiadas críticas y poco apoyo, al mismo tiempo que todos ponían grandes expectativas en ella. Pero, por primera vez en su vida, estaba descubriendo lo maravilloso que era tener a alguien que cuidara de ella.

Alguien que la amaba y respetaba con devoción y sinceridad. Alguien que no la rechazara ni la criticara duramente cuando cometía errores, sino que la abrazara, la escuchara y la consolara mientras la animaba a ser una mejor persona.

Por todas esas razones, Ceylin se dijo a sí misma que no debería decepcionarse si la prueba de embarazo daba negativa. Después de todo, ella e Ilgaz aún tenían que celebrar su primer aniversario de bodas, y algo de tiempo solo para ellos dos probablemente les vendría bien.

A pesar de su intento de permanecer estrictamente racional y no desanimarse, Ceylin no podía mentirse a sí misma. En el fondo de su corazón, deseaba desesperadamente que la prueba fuera positiva. Tanto ella como Ilgaz habían expresado previamente en varias ocasiones el deseo de tener un hijo juntos.

Y si bien esa perspectiva la deleitaba, también reabrió heridas que Ceylin no estaba segura de estar lista para volver a vivir.

Sus deliberaciones se detuvieron momentáneamente cuando, contra su voluntad, su mirada se desvió hacia el pequeño palo blanco que tenía en la mano.

Las dos líneas paralelas no dejaban lugar a dudas.

Ceylin estaba embarazada.

La abogada sintió instantáneamente que sus rodillas se debilitaban. El mundo que la rodeaba parecía haber cambiado en una fracción de segundo, y el peso de la información de repente se volvió demasiado abrumador para que su cerebro pudiera manejarlo.

Se sentó en el asiento del inodoro cerrado y le costaba respirar. El sonido de la puerta principal abriéndose la puso aún más nerviosa.

Ceylin escuchó el distintivo tintineo de las llaves de Ilgaz al ser colocadas en el aparador de la sala. El sonido de pasos firmes siguió mientras el fiscal caminaba por el pasillo hasta que finalmente se detuvieron fuera de la puerta del baño.