Cap 28: perdona ¿cómo has dicho?

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Renee

─Bien hacía mucho que no venía por aquí ─dije para mí misma viendo la casa en la que vivían Ryu y sus padres, me acerqué a la puerta tocándola ligeramente y esperé a que alguien abriera oscilando mi peso entre los talones y la punta de los pies mirando alrededor fijándome en los detalles de la casa y como era por fuera.

─Oh Renee, hacía mucho tiempo que no te veíamos Ryu no nos dijo nada de que ibas a venir ─la madre de Ryu apareció detrás de la puerta con una pequeña sonrisa en los labios.

─Ryu tampoco sabe que he llegado, es una sorpresa ─me reí ligeramente juntando las manos frente mi regazo.

─Pasa, pasa Ryu esta en su cuarto arriba ya sabes que puerta es ─asentí mientras la mujer abría por completo la puerta dejándome entrar a su casa.

─Gracias ─cuando entré y mire alrededor viendo como todo estaba en su sitio haciéndome sonreír ligeramente.

─Renee, cuanto tiempo sin verte vienes a ver a Ryu ¿verdad? ─volví a asentir haciendo que una sonrisa también apareciera en sus labios─ Pues pasa, seguro que le encantara verte ─subí las escaleras parando frente a la puerta de la habitación de Ryu dando pequeños golpes en esta.

─Adelante ─con esa palabra me dio el permiso que necesitaba y entré a su cuarto cerrando la puerta tras de mí. Ryu levantó la cabeza de lo que estaba haciendo mientras una pequeña sonrisa aparecía en sus labios─ ¿tú que haces aquí?

─Bueno, estuviste un par de días en mi casa por lo que pensé en visitarte por sorpresa.

─Pues vaya sorpresa tan gratificante ─se levantó de la cama acercándose a mí y me abrazó con fuerza, luego de unos segundos se separó aún con esa sonrisa en la cara─ bueno ¿tenemos algo nuevo? ─preguntó volviéndose a sentar en la cama.

─Sí, tenemos algo nuevo ─saqué el trozo que ya era más grande debido a la unión de las tres piezas del pequeño bolso que traía enseñándoselo─ nuevo trozo para la colección de las runas.

─¿En serio? ¿Y donde conseguiste ese trozo?

─Me lo mando alguien anónimo, no ponía nada en el paquete más que mi dirección ─lancé el trozo a la cama el cual Ryu cogió mirándolo con detenimiento.

─Al parecer el último trozo era bastante grande ─acarició la superficie con el pulgar pensativo.

─Lo era, es este de aquí ─señalé el nuevo trozo para que supiera donde se había unido─ como he dicho la persona que lo mandó no dejo ningún rastro de su identidad.

─O puede que no haya sido una persona ─dijo mirándome directamente apretando el trozo.

─¿Quieres decir que algún autobot pudo haberlo mandado?

─O incluso peor, pudo haber sido un Decepticon que lo haya mandado para que pueda sacar la runa como tal y para que luego la pueda coger y destruirla en el momento.

─Perdona ¿cómo has dicho? ¿Para que quisiera un Decepticon mandar algo como esto para luego destruirlo? No tiene sentido.

─En verdad sí que tiene sentido, si los Decepticons destruyen las runas una vez estén completas menos trabajo tendrán que hacer, de alguna manera supieron que tú tenías los otros dos trozos y por eso te han mandado un tercero. Es posible que no solo haya una runa sino que haya más distribuidas por el mundo y que otras personas tienen en su poder y usarlas para Dios sabe que. Puede que esas runas contengan información importante de los autobots y sus puntos débiles, tenemos que conseguir los demás trozos lo antes posible e intentar que ningún Decepticon coja la runa hasta que sepamos quién es el heredero directo del mago Merlín ─me brindó el trozo el cual volví a meter en el bolso justo cuando su madre aparecía detrás de la puerta.

─¿Queréis algo? ¿Una bebida? ¿Algo de comer?

─No estamos bien, no se preocupe ─dije restándole importancia.

─¿Estáis seguros? ¿No tenéis hambre o sed?

─Tranquila estamos bien, si en un ratito yo me tengo que ir no me voy a quedar mucho aquí ─la madre de Ryu asintió y volvió a cerrar la puerta dejándonos solos.

─Entonces no te quedas mucho ¿eh?

─No, tampoco es que me vaya a quedar hasta que caiga la noche ¿sabes? Aún tengo mucho que investigar y mucho que transcribir para hacer las notas y que todo se nos haga mucho más fácil y eso lleva tiempo.

─Pero es que no tenemos tiempo Renee ─se volvió a levantar exaltado.

─¿Y que te crees que he estado haciendo este último tiempo desde que llegó Bumblebee a mi casa? ¿Echarme en el sofá como si nada de esto me incumbiera? Ryu, me he estado rompiendo la cabeza y la espalda para lograr algo de información, he estado en una base militar con Bee de la cual pude salir por piedad. Uno de los militares nos esta proporcionando información a espaldas de sus superiores sabiendo que se esta arriesgando a que lo maten simplemente para que nosotros podamos salvar la Tierra de los Decepticons y de una fuerza mayor con su ayuda si es que nos la quieren dar, si no me importara hubiera preferido morirme antes que estar aguantando todo esto. Pero no lo hice por ti, por Bee, por el resto de autobots, por Cade, Izabella y por Optimus que a saber donde esta ahora y si es que podemos encontrarle y que este en sus cabales, ¿es que no lo entiendes? Yo odio todo esto como lo puede odiar cualquier persona que tenga la presión de saber que tiene que salvar a su planeta de una amenaza alienígena de a saber donde vienen ¿queda claro?

─Sí ─dijo en un susurro mirando momentáneamente al suelo y me volvió a mirar─ pero ahora que has soltado todo lo que tenías que soltar quiero que te tranquilices, quiero que respires hondo ¿de acuerdo? ─hice lo que me pidió y respiré hondo calmándome en el proceso─ Eso es, sé que estás estresada con mucha ansiedad por todo esto pero necesitamos tener la cabeza fría si queremos seguir con esto y hacerlo bien para no morir en el intento.

─¿Te crees que no lo sé? Estoy tan consciente como tú del peso que tenemos sobre los hombros y créeme que no me gustaría tenerlo para nada ─nos quedamos un rato más hablando hasta que volví a casa con Bumblebee.

La mano derecha de PrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora