9

70 14 4
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El contenido aparentemente uniforme del bol se mueve ligeramente cuando Grace lo coloca frente a mí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El contenido aparentemente uniforme del bol se mueve ligeramente cuando Grace lo coloca frente a mí. La deprimente visión de esa pasta marrón húmeda por la leche no me causa ningún tipo de apetito; es más, creo que ya ni siquiera tengo hambre.

—¿Qué demonios es esto?

Cornflakes —responde ella antes de enterrar la cuchara en su propio bol y metérsela en la boca sin más miramientos. Al ver que mi rostro continúa inexpresivo, Grace traga y resopla—. Cereales. Son cereales y leche, literalmente el desayuno más básico del universo. ¿Tienes algún problema con eso?

—No, no es nada, solo que no suelo comer cosas que parecen vómito de perro, ¿sabes? Prefiero desayunos normales y completos, como tostadas con aguacate y queso fresco, smoothie de bayas de Goji, yogur de avellanas y vainilla... Ya sabes, lo que desayunan las personas civilizadas.

Grace alza una ceja al escucharme y vuelve a meterse la cuchara llena de esa mezcla marrón en la boca con la lentitud e impasibilidad de una madre tratando con un hijo particularmente pesado.

—Ya, pues en esta casa de personas no civilizadas con bajo presupuesto para llegar a fin de mes desayunamos cereales y leche. Es comida, tiene nutrientes, es rápido de hacer y es lo más barato, así que es lo que hay. Si quieres un puré de frutas de las islas Fiji o como sea lo que has dicho, tendrás que comprarlo tú mismo con tu propio dinero y prepararlo tú. Ni siquiera he visto la mitad de las cosas que has mencionado en un supermercado.

—Puedo hacer todo eso menos prepararlo. En mi casa siempre cocina mi cocinero, yo no piso el supermercado ni la cocina, no tengo tiempo.

—¿No sabes cocinar? —pregunta Grace con los ojos como platos antes de romper a reír, lo cual me resulta doblemente humillante teniendo en cuenta que, técnicamente, me veo a mí mismo riéndome de mí mismo—. Dios, eres como un niño pequeño, ¿eh?

—Perdona, pero sí que sé cocinar. Bueno, sé cocinar algunas cosas, como huevos fritos, beicon, sándwiches y todo eso. Es todo lo que me enseñaron mis padres y no necesito más que eso.

—Pues yo no pienso ajustarme a tu dieta especial de millonario. Obviamente no me importa preparar comida para dos, pero no voy a cocinar como Gordon Ramsay solo para ti, así que tienes dos opciones: o comes lo mismo que yo, o te compras y preparas lo que tú elijas.

¡Devuélveme mi cuerpo!Where stories live. Discover now