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Lo primero que hago el jueves treinta de octubre tras desayunar es comprobar la hora de París para cerciorarme de que no es demasiado tarde ni demasiado pronto

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Lo primero que hago el jueves treinta de octubre tras desayunar es comprobar la hora de París para cerciorarme de que no es demasiado tarde ni demasiado pronto. Son las cinco de la tarde, por lo que imagino que Megan estará descansando antes de empezar con los desfiles de hoy. Para asegurarme aún más de que está disponible para comunicarme con ella y tener una llamada más larga de lo normal, ya que su trabajo suele impedirnos tener conversaciones como Dios manda.

Hoy es mi aniversario con Megan y siempre estoy muy emocionado cuando llega esta fecha, pero hoy me siento algo extraño. No sabría decir exactamente qué es lo que me ocurre por mucho que lo piense. Tengo la sensación de que no estoy haciendo algo bien, ¿pero el qué? ¿Es que mis regalos no son suficientes? ¿Tal vez este año debería haber hecho algo más grande para Megan? No, eso no es lo que ha provocado el nudo en mi estómago. Creo que todo esto no es por mí, sino por... ¿ella?

¿Por qué no quiero hablar con Megan?

En cuanto he entrado en el comedor para tomarme el desayuno, mi mayordomo me ha dado un sobre rosa muy grande con un corazón como sello para mantenerlo cerrado. Escrito con una caligrafía pulcra y preciosa en su dorso, he visto que el remitente era Megan e inmediatamente lo he abierto. Lo que he encontrado en su interior me ha dejado de piedra, en parte por la ilusión, y en parte al aumentar esa extraña e incómoda sensación que albergo en mi interior. En primer lugar, había unas entradas para ver El sueño de una noche de verano en el Shakespeare's Globe de Londres, lo cual ya de por sí casi me hace llorar, pero lo mejor ha sido la carta que acompañaba a las entradas.

«Mi amor, ¡feliz aniversario!

Nunca sé qué regalarte en este día para demostrarte lo mucho que te quiero y siempre siento que lo que te doy no es suficiente, pero voy a seguir intentando demostrártelo cada vez que pueda. Eres el mejor novio que alguien podría tener y soy increíblemente afortunada de poder llamarte "mío".

Sé lo mucho que te apetece explorar el mundo del teatro y pensé que sería buena idea invitarte a uno de los mejores lugares para ver una de las obras de Shakespeare. Espero que te guste mi sorpresa, ¡estoy deseando disfrutar de esta experiencia contigo!

¡Devuélveme mi cuerpo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora