، 🥂 : Primera noche sin ti.

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El sexo es maravilloso. Esa sensación que recorre el cuerpo entero, las emociones que se expresan, los movimientos que hacen del acto algo artístico, los jadeos y gemidos que se vuelven melodías.

Sin dudas, el acto sexual es un sello entre dos cuerpos que se necesitan mutuamente, de dos almas que anhelan la cercanía y el contacto entre sus pieles.

Jungkook intentó no verse desesperado por tenerlo gimiendo bajo su cuerpo pero le fue imposible viendo a Jimin usar esas prendas pegadas a su blanca piel.

Los dos se habían consumido en un beso apasionado, Jungkook apenas se había quitado su saco, pero seguía vestido. Nada más acariciando y besando a Jimin sin detenerse.

El rizado se sentía cada vez completo por tener al mayor tomando su cuerpo, pero es algo que no diría en voz alta.

Jeon por otro lado, comenzaba a tener una adicción por el cuerpo del ojiverde, pero quería convencerse que solo era por la excitación del momento.

Jimin sin esperar más tiempo, retiró la ropa del castaño, mientras besaba su cuello dejando quizás algunas marcas rojizas. El más alto aprovechó y colocó su condón.

Jungkook cerró sus ojos disfrutando de los besos en su cuello, Park tenía esos labios suaves que lo hacían volverse loco.

Quedaron desnudos, los dos habían retirado sus prendas por completo, el contacto de ambas pieles era mágico. El sudor resbalando por sus cuerpos, sus respiraciones agitadas, el sonido de sus jadeos y por supuesto, los gemidos que salían sin aviso, haciendo que la habitación sólo tuviera sonidos obscenos que los llevaba al límite.

Luego de varias estocadas, varias palabras sin sentido, muchos besos y muchas caricias, llegaron al límite y su orgasmo llegó a brindarles un enorme sonrisa de satisfacción.

Estaba tratando de recuperar su aliento, ambos acostados viendo al techo, nuevamente el silencio reinaba en la habitación pero no se sentían incómodos.

Fue Jungkook el primero en hablar.

—El taxi estará esperándote abajo, ya está pagado.

—¿Eres tú el que paga siempre? La otra vez intenté hacerlo y me dijo que no.

—Si, yo soy quien te pide venir así que también me encargo de que llegues a tu casa a salvo —dijo mirándolo a los ojos.

El menor le sonrió y agradeció en voz baja.

Jungkook solo apretó sus labios y se levantó de la cama. Comenzó a vestirse sin atreverse a ver a Jimin.

Nuevamente ese sentimiento extraño en su interior. No sabe qué es lo que sucede y tampoco quiere quedarse a averiguarlo.

El rizado conociendo lo que sigue, no dijo nada. Tan solo se levantó en silencio y también comenzó a colocarse sus prendas.

Ambos querían convencerse de que solo iban a compartir la cama para algo carnal. Nada más.

Si tan solo los sentimientos pudieran controlarse, nos evitaríamos muchas decepciones y corazones rotos.

El mayor fue el primero en salir como siempre, no le gustaba sobrepensar las cosas, peor si el causante de sus pensamientos estaba en la misma habitación junto a él.

—Karina, ya sabes que hacer, procura que llegue a salvo, ¿bien?

—Perdón la imprudencia señor, ¿desea que le contrate un chófer exclusivo para su pareja?

Jungkook le quedó viendo pero en ningún momento su rostro se mostró molesto.

—No.

—Lo decía porque el antiguo taxista no puede venir a estas horas y es más seguro que tenga a alguien capacitado hasta para cuidar de su pareja.

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