، 🥂 : Plan.

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—¿Qué ha pasado? —preguntó con preocupación.

—No lo sé Hae, pero por primera vez no sabemos como calmarlo, por eso la hemos llamado —respondió Jin.

—Es como estarlo viendo hace dos años, cuando pasó lo de ese traidor y lo de su padre —comentó con pesar Namjoon.

—¿No les ha querido decir algo más?

Los chicos solo negaron con sus cabezas.

Luego de haberles enviado su ubicación y romperse en llanto por lo sucedido con Jimin, sus dos mejores amigos llegaron por él. Jin se encargó de conducir el auto del castaño mientras que Namjoon los seguía en el auto de él.

Llegaron a casa del ojiazul, confundidos de no ver a Hanna, así que ellos se encargaron de atenderlo. Todo parecía haberse calmado, pues Jungkook tan solo respiraba profundamente, ya había dejado de llorar pero en su mirada se podía reflejar lo muy triste que se encontraba.

La noche fue diferente, Jungkook parecía haber quedado vacío, su expresión era neutra. Sus dos amigos por más que trataron de saber que es lo que había sucedido y que lo tenía en ese estado no pudieron sacarle nada.

Fue Jin quien se atrevió a llamar a Haesul, ya que sabían que la madre del ojiazul siempre sabía que hacer respecto a los ánimos y cuidados de Jungkook.

Obviamente, no fue a trabajar, para ser martes la semana ya se había ido al carajo desde su pequeña discusión con Jimin. Jin y Namjoon se fueron a la empresa para ser ellos quienes se encarguen de todo, al menos hasta que Jeon vuelva.

Haesul preparó una taza de té para su hijo, entró a la habitación y vio que se encontraba acostado viendo a un punto fijo en la habitación.

—Hola mi amor, mamá está aquí —anunció entrando, dejó la taza sobre la mesita de noche y se acomodó en la cama tratando acariciar el cabello de su hijo.

Jungkook no dijo nada, tan solo se acercó a ella rodeando con sus brazos su cintura y enterrando su rostro en la parte de su abdomen.

—Todo estará bien Kook, siempre has sido alguien fuerte ante cualquier situación, vas a estar bien mi niño.

—Él... —susurró apenas con su voz gangosa por el llanto.

—Shhhh, ya hablaremos, por ahora quiero que tomes el té que te preparé para que puedas descansar.

—Lo perdí —volvió a susurrar.

Haesul suspiró sabiendo de qué hablaba.

—Todo a su tiempo mi amor, a veces las perdidas son ganancias en un futuro, es decir, lo que nos hace sufrir ahora puede ser nuestro pase a la felicidad más adelante, porque nos queda la experiencia y la madurez para saber como actuar si las cosas se repiten, nos hacemos más sabios, no has perdido nada cariño, tan solo estás en un momento vulnerable que hace que creas eso, eres maravilloso Jungkook, estoy segura que el destino está escrito desde antes de nuestro nacimiento, por lo tanto, lo que será para nosotros temporal o permanentemente se irá poniendo en nuestro camino.

Jungkook solo escuchaba deseando encontrar a Jimin más adelante en su camino. Empezar algo de otro modo, no en como lo habían hecho.

Suspiró y se separó de su madre para poder sentarse y tomarse el té.

—Gracias por venir —dijo.

—Eres mi pequeño hijo, aunque ya seas todo un hombre, jamás te dejaría solo.

El castaño tan solo besó el dorso de su mano y le sonrió agradecido. Se tomó su té y nuevamente se acostó. No tenía caso quedarse a ser miserable.

lovers › kookminWhere stories live. Discover now