Capítulo 24 : Morirás.

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— Ma..— Jayden dejó de picar las frutas y miro a la niña que se acercaba a él.

— Princesa — él sonrió y ella se aferró a sus piernas.

— Ma... — ella puso una mano sobre el abultado vientre del omega — ¿Bebe? — Jayden nego.

— Aun no, pequeña. Falta un poco — ella hizo un mohín con los labios y Jayden depósito un beso sobre su frente. — Pronto tendrás a tu hermanito o hermanita a tu lado pequeña, y podrás jugar con él o ella. — él le sonrió.

Jayden puso un poco de frutas sobre un tazón de madera y se lo dio a la niña. Cassy agarro el tazón feliz, y salió de la cocina con pasos torpes y sonriente. Cuando la niña se fue, el omega se aferró a la mesa de la cocina con fuerza.

— ¡Zinnia! — a los segundos la doncella del omega entró preocupada — ¡Llama a Arwen! — pidió mientras mordía su labio por el dolor.

La joven asintió y rápidamente aviso a dos de las doncellas que estaban pendiente del omega que lo acompañaran a la habitación. Ambas doncellas llevaron al omega a la habitación, escuchando los quejidos de dolor de este, pero ambas intentaban mantener cuidado, pues, el omega estaba débil.

Cuando ambas lo ayudaron a recortarse en la cama, procuraron que el dolor cesara.

— ¿Mama? — el omega miro a la niña.

— ¡Saquenla de aquí! — grito cerrando sus ojos por el dolor. Rápidamente las doncellas obedecieron sacando a la niña de la habitación.

Jayden apretó las sabanas del dolor. Le daba gracias a los dioses de que su esposo no estuviera ahí presente, osino, todo iría mal. El omega abrió sus ojos cuando oyó la puerta abrirse, al hacerlo vio a Arwen, su suegra y su doncella acercarse rápidamente hacia el, con preocupacion en sus rostros.

Fueron solo unos minutos cuando Arwen hizo su rutina habitual y logró calmar sus dolores. Zinnia se acercó al omega y le tendió el cuenco con un líquido transparente, Jayden nego, conocía ese líquido, sabía lo que generaba.

— Esto no puede seguir así — susurro la bruja, pero él solo miro hacia la ventana.

— ¿Aleksander?

— Esta de viaje de negocios con Kaiden — susurro en respuesta el omega — Volverá dentro de un mes, antes de que entre al octavo mes — Arwen miro a Alice y ella asintió, afirmando que era cierto — ¿Puedes hacer algo? — Jayden la miro.

— Ese bebe que llevas dentro de tí, te esta consumiendo. Estas pálido, estas flaco, estas desnutrido. Tu bebe consume todo de tí, ese bebe — ella señalo su vientre — Esta consumiendo todo de tí. Morirás.

Tibias lágrimas bajaron por las mejillas del omega, Jayden llevó una mano hacia su vientre, y sintió el suave movimiento de su bebé. Una suave risa lastimera salió de sus labios. Las mujeres lo miraron con confusión.

— Tengo siete meses. — susurro — Puedo sentir sus movimientos — su voz se rompió y Alice se acercó a él — No quiero... No quiero perderlo yo... — el omega rompió en llanto y fue abrazado por su suegra.

— Esta bien, Jay.

— Es mi bebé. No quiero perderlo, no quiero — lloro sobre el pecho de Alice.

Ambas mujeres se miraron, ambas sintiendo pena por aquel omega. Pero Alice en el fondo sentía dolor, la vida de su nieto y yerno estaba en juego. Ella había visto, como Jayden había sacado del abismo a su hijo. Jayden le había dado alegría a Aleksander, aun ella no estaba acostumbrada a ver a su hijo ser tan feliz y dulce con alguien.

Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora