Capítulo 70: Infierno

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Un infierno.

A eso se resumió su vida en esos momentos.

No podía creerlo. Más bien se negaba a creer que su esposo había muerto tras aquel accidente.

Aleksander estaba perdido. Había llegado a la mansión y se había encerrado. Era incapaz de mirar a sus hijos y decirle que había llegado tarde para salvar a su madre.

No podía. Era incapaz.

Lo era porque una parte de él tenía la esperanza de que su esposo estuviera vivo.

Su madre, Alice, había llorado cuando Gael dijo que llegaron tarde, incluso Zinnia lloro, diciendo que no podía ser verdad.

Los que aún no sabían nada eran los niños. Por suerte Cassandra estaba entrenando, y Aleksei estaba jugando con los demás cachorros de la villa.

¿Cómo podía explicarle a sus hijos que su madre ya no volvería?

— ¿Es cierto? — Aleksander miro a su hija, Cassandra había entrado al despacho. — ¿Mi madre murio? — pregunta con los ojos llorosos.

— ¿Mama no volverá? — pregunta Aleksei.

Aleksander no sabía que decir. Ni siquiera era capaz de poder mantenerle la mirada a sus hijos.

— ¡Responde maldición! — grito la castaña — ¿Mama murió? ¡Papá!

— ¡Si! — exclama el alfa mirando a sus hijos. — Él no volvera. Murió.

Cassandra negó. Miles de preguntas comenzaron a rondar por la cabeza de la niña. Pero sobretodo una; ¿Porqué?

Su madre era la mejor persona. Cariñoso, gentil, dulce, pero también era fuerte. ¿A quien le había hecho daño?

— ¡No es cierto! — grito con las lágrimas brotando de sus ojos — ¡Mama no murió! ¡No es cierto!

— Cassandra. — Alice entra al despacho de su hijo, su nieta corre a abrazarla. — Está bien, dulce niña.

— Mi madre no murió abuela. Él no pudo morir. Prometió volver. — llora la niña.

Alice muerde su labio intentando controlar las lágrimas. No serviría llorar, debía ser fuerte, no solo por sus nietos sino también por su hijo.

Aleksander observa a su hijo más pequeño. Aleksei no derramó ninguna lágrima, solo permaneció en silencio, a pesar de eso, pudo notar el dolor en los ojos de su hijo.

Cassandra se separó de su abuela y fue hacia su hermano. La niña se agacha a la altura del albino y Aleksei abraza a su hermana. Pero aún así ninguno de los dos llora.

Y todo es peor durante el funeral. Apesar de no tener el cuerpo, habían enterrado un cajón vacío, una lápida. Ese mismo día, la lluvia les hizo compañía. La tormenta y los relámpagos siguieron después.

Alice cerró la puerta de la habitación de sus nietos con suavidad, Aleksei y Cassandra habían dormido en la misma cama, ambos se habían quedado profundamente dormidos, abrazados.

La mujer fue hacia el despacho de su hijo, al entrar, pudo ver como su hijo estaba escribiendo, encargándose de quién sabe qué.

— Aleksander. Deberías parar y descansar. — sugirió acercándose a su hijo.

El alfa miro a su madre. Y lo que Alice vio, no le gusto. No había brillo en la mirada de su hijo, ni siquiera una pizca.

— Dormiré en un momento, madre. ¿Si? Debo acabar con esto; el tema de la bodega, los medios involucrandose, la policía, incluso el tema del accidente es extraño.

Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora