Capitulo 39: El nuevo integrante

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Gael lo ayudó a ir hacia el salón, por momentos debían detenerse, pues el omega se comenzaba a sentir mal. Cuando entraron al Salón, Aleksander ya estaba allí, Gael llevó a su cuñado hacia el alfa gruñon.

— Si lo dejas caer, te juro que será lo último que harás en tu vida — advirtió el mayor e hizo que Jayden se aferrara a Aleksander.

— Creo que puedo mantenerme de pie — susurro Jayden captando la atención de los dos alfas, y efectivamente logró mantenerse de pie, pero ambos vieron el dolor que eso generaba.

— Eres un idiota — le murmuro Gael a su hermano antes de dar media vuelta e irse.

Aleksander intento sostenerlo, pero Jayden negó, intentando alejarse aunque claramente eso solo aumentó su dolor.

— No me toques. — susurro y centro su mirada al frente.

Sus manos sostenían su vientre desde abajo, en un intento por aliviar un poco el peso y la presión que éste ejercía en su espalda. También era un vano intentó de intentar calmar el dolor que estaba sintiendo.

Pasados los minutos, las grandes puertas
del salón se abrieron y todas las miradas se dirigieron hacia Alyra.

Ella traía puesto otro vestido. No el vestido que había diseñado las costureras para ella. Pero lo que sorprendio a muchos, fue que su vestido no era blanco, era gris.

Vestía los colores que nadie usaría en una boda, Victoria había hecho una mueca de desagrado al ver a la joven caminar hacia el altar vestida de gris. Caminaba recta y solemne, con la cabeza en alto. Alice caminaba detrás de ella, sería, sin ninguna expresión de alegría en su rostro. La albina tenía los ojos fijos al frente, pegados al arco de flores, no a su futuro esposo, sino a las rosas blancas que había en el, aquello solo le género un sabor amargo en su boca, y un dolor en su corazón. Porqué desgraciadamente ver aquellas rosas le recordaba a las múltiples promesas que le había prometido Ares, antes de abandonarla bajo la lluvia.

Cuando ella llegó hacia donde estaba Colin y el alfa agarro su mano, Alyra sintió ganas de vomitar. La pareja dio media vuelta y miraron a los dos ancianos de la villa, aquellos que llevaban acabo los matrimonios. Pero al mismo tiempo que los ancianos comenzaron a hablar, Jayden sintió una punzada en la espalda baja. Solo apretó los labios, pensando que el dolor era por estar de pie después de tanto tiempo sin tener algo en lo que sostenerse. 

Tal cual Victoria y Vlad habían querido, Colin y Alyra estaban siendo Unidos en sagrado matrimonio, mientras los ancianos de la villa les daban su bendición. La pareja volvió a mirarse, quedando frente a frente, les hicieron una cortada en las palmas de sus manos, dejando que las gotas de ambos sangre cayera en aquel cáliz plateado que contenia vino. Él primero en llevar el cáliz a su boca, fue Colin, luego fue el turno de la platinada. No sabe que fue lo que pasó por su cabeza, pero por instinto miro hacia la entrada del salón y sus ojos se llenaron de lágrimas debajo del velo al ver que Ares no estaba.

Levanto el velo con cuidado y tomó un sorbo de aquel asqueroso líquido. Había tanto silencio que incluso podía oírse el ruido de la lluvia a las afueras de la mansión. Todos estaban ansiosos porqué consumaran el matrimonio.

— Que los dioses iluminen sus caminos. Que su union sea tan larga y plena como la relación de la diosa Viera y el Dios Lev. — les dieron su bendición los dos ancianos.

Uno de los ancianos sostuvo un pedazo de tela blanca, según ellos bedencida, y les envolvieron las manos, solo cuando la sangre manchó la tela blanca, fue retirada de sus manos y tirada al fuego.

Jayden sintió otra punzada que le recorrió desde la espalda hasta la nuca y esta vez Aleksander lo notó. Jayden tomó el brazo del alfa y abrió mucho los ojos al sentir cómo de pronto sus piernas se humedecían y el suelo bajo sus pies se mojaba.

Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora