Ha pasado un año desde que Stiles se fue de Beacon Hills. Tiene un trabajo y una vida alejados de lo sobrenatural, pero su pasado sigue persiguiéndolo. Las pesadillas y los recuerdos de aquellos a los que perdió lo mantienen despierto. Pretende esta...
Stiles llegó al gran edificio de ladrillo antes de lo que pretendía. Al final resultó que estaba a sólo diez minutos en coche desde su apartamento.
El ladrillo gris estaba salpicado de grandes ventanales en cada piso. Era un edificio más nuevo, mucho más nuevo que en el que vivía.
Stiles miró la nota adhesiva en su mano.
Haven Mills apto. #813
Respirando profundamente, entró en el edificio.
Llegó al ascensor y dudó.
"Solo funciona si presionas el botón." Habló una voz que hizo que Stiles mirara y viera a una bonita rubia acercándose.
Como si fuera instinto, Stiles puso su cara feliz, con una gran sonrisa.
"Estaba debatiendo si subir las escaleras, mi semana libre en el trabajo no ha hecho mucho por mi figura." Le guiñó un ojo Stiles, ganándose una risita.
"¿Que piso?" Preguntó la rubia mientras se abría la puerta del ascensor.
"Ocho." Respondió Stiles siguiendo a la mujer dentro de la pequeña caja de metal.
"¿Y estabas considerando las escaleras?" La rubia soltó una carcajada.
"Buen punto." Stiles miró la nota adhesiva por última vez antes de guardarla en su bolsillo.
"¿Supongo que no vives aquí?" Preguntó la mujer, acomodando su cabello detrás de la oreja.
"No, estoy visitando a..." Stiles se calló, un amigo se sintió mal. "Alguien." Terminó con una pequeña sonrisa.
"Qué lástima." Suspiró. "Esperaba encontrarme contigo otra vez. ¿Quizás podrías llamarme en algún momento?" Le tendió una tarjeta de presentación justo cuando se abrieron las puertas.
"Uh, sí, tal vez." Stiles tomó la tarjeta mientras salía del ascensor.
Frunció el ceño antes de guardarse la tarjeta en el bolsillo. Emily era su nombre. Trabaja en un bufete de abogados local.
Stiles recordó por qué estaba allí e instantáneamente la vacilación regresó. No estaba seguro de haber entrado en el ascensor si no fuera por Emily.
Stiles escaneó el pasillo en busca de la dirección correcta. Siguió los números.
810, 811, 812, 813.
Se detuvo frente a la puerta y tragó saliva. Realmente no quería estar aquí, pero sabía que era algo que tenía que hacer.
Stiles se frotó los pantalones con las palmas de las manos, deseando que dejaran de sudar. No tenía por qué estar nervioso. Él podía hacer esto.
"¿Vas a ser un cobarde con esto también? Eres patético." Habló Allison repentinamente al lado de Stiles. Cerró los ojos y respiró hondo.
Justo cuando sus ojos se abrieron, la puerta se abrió.
El arrepentimiento se apoderó de Stiles inmediatamente cuando sus ojos se encontraron con los familiares ojos verdes.
"Stiles." Derek dejó escapar el aliento, casi aliviado.
Stiles quería decir algo, pero no podía formar las palabras.
"Adelante." Derek se hizo a un lado para que el humano pudiera entrar.
El loft era muy diferente al que tenía en Beacon Hills.
Era más pequeño. Los pisos eran de madera de color más claro. Las paredes estaban pintadas de blanco, aparte de una pared decorativa de piedra cerca de las pequeñas escaleras de metal que conducían a la habitación de Derek. Detrás de las escaleras había una pequeña cocina con electrodomésticos de acero inoxidable.
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"¿Cómo supiste dónde vivía?" Preguntó Derek, cerrando la puerta.
Stiles le dio una mirada incrédula.
"Claro, FBI." Derek sacudió la cabeza. El hecho de que Stiles estuviera allí lo tenía nervioso por alguna razón. Había captado el olor del human cuando bajó de su habitación.
Ver a Stiles en la puerta de su casa hizo que su corazón se acelerara y su estómago se revolviera. Quería preguntarle por qué estaba allí, pero tenía miedo de asustarlo.
"Habría llamado, pero para ser honesto, no quería que tuvieras mi número." Habló Stiles, mirando sus pies.
El pecho de Derek dolió ante las palabras de Stiles.
"Quería disculparme por lo de esta mañana. Tuve una noche difícil y descubrir que no te había imaginado me descolocó un poco." Stiles levantó la vista entonces. Sus ojos, que una vez fueron vivaces y brillantes, oscuros y hoscos.
Derek luchó contra el impulso de extender la mano, de tocar a Stiles. Su lobo lo anhelaba. El alfa en él estaba desesperado por consolarlo.
"No fue justo de mi parte culparte como lo hice. No puedo culparte por los errores que cometí, las cosas que hice." La mirada de Stiles estaban de nuevo en sus pies.
"Me culpas por irme."
Stiles negó con la cabeza. "Me culpo por necesitarte. No era tu responsabilidad. No era parte de tu manada."
Derek se tensó ante esas palabras. Eran como clavos en una pizarra.
"Eso no es cierto." Gruñó Derek. No pretendía sonar tan duro, pero Stiles estaba equivocado.
Stiles levantó la vista de nuevo, su rostro carecía de cualquier emoción.
"Eras parte de mi manada, pero como todos los demás, no podía protegerte. Por eso me fui. Tenías a Scott. Nunca podría ser el alfa que él era." El tono de Derek todavía estaba tenso.
Un destello de algo cruzó brevemente el rostro de Stiles, pero Derek no pudo identificarlo.
"Debería irme." Stiles fue a pasar junto a Derek, pero el alfa se movió para bloquearlo.
"Por favor, no lo hagas."
Fue una súplica, más que una petición.
El familiar desmoronamiento de la resolución de Stiles puso al humano tenso.
"No hay ninguna razón para que me quede." Dijo Stiles con rigidez. Se negaba dejar que Derek volviera a entrar.
"¿Por mí?" Derek preguntó en voz baja.
El corazón de Stiles se apretó.
"Adelante, déjalo volver a entrar. Lo asustarás otra vez o lo romperás como lo hiciste conmigo." La voz de Allison resonó en la cabeza de Stiles.
"Esa no es una razón suficientemente buena."
El pecho de Derek se contrajo cuando Stiles pasó junto a él. Esta vez Derek no intentó detenerlo.
Ya había sentido el corazón roto antes. Cuando perdió a Paige. Cuando descubrió que Kate lo usó. Cuando descubrió que Jennifer lo había utilizado. Cuando Stiles estaba poseído. Cuando dejó Beacon Hills. Pero ninguno de ellos se compara con lo que se siente este corazón roto.
Stiles, el divertido, juguetón y tonto del que Derek se había enamorado, acababa de confirmar el peor temor de Derek. No era lo suficientemente bueno.
No era como si Derek no lo supiera ya, pero Stiles había sido la única persona que siempre lo había hecho sentir lo contrario, hasta ahora.
