Capitulo 21: Uno en blanco

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La charla con el padre de los latinos era realmente... Extraña, hasta parecía tener bipolaridad por cómo se comportaba con ellos y como lo hacía con el chileno, las veces que se asomaba a ver si su padre estaba matando a sus dos amigos.

Las historias que contaba el mayor también eran curiosas, el cómo la peruana lo odiaba también era impresionante, aunque parecía no importarle demasiado eso, ya que no hacía nada al respecto para mejorar su relación.

Mientras conversaban, de lejos se escuchó como un auto se estacionaba, ninguno de ahí tenía uno, solo el dueño de aquella mansión ¿Ya había llegado?

Parece que Onu llegó ¿Tan temprano? Normalmente está fuera todo el tiempo — preguntó el alemán mientras veía por fuera, antes de escuchar como la puerta de la cocina se abría rápidamente, dejando entrar a la pequeña guatemalteca.

¡Pappi! — gritó la pequeña blanquiceleste antes de correr a los brazos del mayor, que al instante la cargó — ¿Cómo estás? ¿Por qué llegaste?

Oh~ Hace tiempo que no veo a mi pequeñita~ — acarició el cabello de la pequeña al fin sintiendo un abrazo después de tantos años, sus otros hijos ni lo abrazaban, ella era la única que hacía eso — En realidad llegue hace 6 días, tenía trabajo por aquí que hacer junto a su padre, nada de que debas de preocuparte — cuando la bajó en brazos, pudo sentir la mirada de alguien más hacia él, un joven rubio un tanto parecido al ruso — ¿Y ese? ¿Tu nuevo representante?

¿Representante? — preguntó con suma curiosidad el ucraniano, sabía que su pequeña cantaba y era algo así como una maestra de música, o al menos sabía que ella trabajaba con música.

Ah-... No, no es eso, es... ¿Un amigo?

¿Me estás preguntando o me estás respondiendo?

Un amigo... No le digas a mamá... — se encogió un poco esperando que, ni el ucraniano ni su padre inca se enojaran, por suerte, el primero en hablar fue el mayor sudamericano.

Ya entiendo... Tranquila, técnicamente ella no quiere que le hable ni un poco por lo que pasó con su padre, otra vez, por quién sabe cuánta vez ¿No se puede relajar un poco? Por eso está tan sola, por maldita amargada... No te ofendas hija, me alegra que no seas igual a ella en nada

¿Gracias?

Además, eres tan dulce~ como un bombón español — agarró de sus mejillas comenzando a apachurrarlas con fuerza, dándole un beso en la frente.

Hablando de eso papá — agarró de los brazos al mayor para separarse de él — ¿Y padre? Se supone que vinimos aquí para verlo, pero no lo he visto desde que llegamos, ni una pequeña llamada o señal

Como dije, estábamos en un trabajo importante, ni siquiera lo terminamos, seguimos en eso, pero por problemas técnicos, le estamos dando una pausa de 3 días, así que vine aquí a verlos, y él llegará más tarde todavía, y ya que mencioné el trabajo — se acercó a uno de los reposteros de la cocina, sacando un regalo que él había escondido, uno de los tantos que escondió — Los grandes te mandaron esto, me dijeron que ni bien te vea, te lo de

¿En serio? — bastante curiosa y animada, acerca el regalo a la mesa central para comenzar a abrirlo, bajo la atenta mirada de los Alphas — Espero que sea la aprobación de mi petición, los dispensadores de café son demasiado asidos, no amargos

No creo que eso venga en un regalo amor — se acercó el ucraniano sin importarle mucho que ella le haya presentado como un amigo, después de todo, era su padre de quién estaban hablando.

Alpha de 3 OmegasWhere stories live. Discover now