Capitulo 29: Sorpresa

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El llanto incontrolable era algo que ninguno se hubiera esperado, para los latinos era un chiste recurrente en su familia que ella no tuviera sentimientos, ya que ella jamás reía con ellos, nunca lloraba, lo máximo que mostraba de emociones era preocupación hacia ellos, orgullo por su comportamiento, pero, sobre todo, ira, ira hacia quienes se atrevían con meter con alguno de ellos.

Ella era una roca, una enorme roca que nadie podía derribar, una roca que el chino hacía feliz ya que ambos tenían muchas cosas en común, pero de una u otra forma, era una roca.

Entonces, si ella nunca tenía ninguna otra emoción que aquellas... Les hacía imposible creer que ella era capaz de llorar tanto, más de una hora había pasado desde que el finlandés había llegado, y ella no había dejado de llorar ni por un segundo.

Ya no gritaba, el finlandés para detener aquello tuvo que abrazarla y acomodarla entre sus piernas para que tampoco pudiera escapar, era un fuerte ataque de ansiedad combinado con pánico, no había visto uno de esos, desde ese día en particular.

¿Te sientes mejor? — preguntó con suavidad, a lo que ella solo negó con rapidez, estaba calmada, pero no mejor, ni un poco mejor, estaba tan afectada que ni siquiera le importaba que cualquiera la viera en ese momento — ¿Qué pasó? No puedo ayudarte si no me hablas

Yo-... ¡Yo no hice nada! ¡Juro que no hice nada! ¡Por favor!

Y volvió a llorar con desesperación, sus hermanos no entendieron sus palabras ¿No hizo nada? ¿Era contra la agencia? Normalmente no le daban ningún tipo de trabajo por pedido de ella, además de que siempre los consentían por tener uno de los mejores legados. ¿Entonces?

¿Era por el ruso? Si era así ¿Por qué lloraba de esa manera? Sonaba más desesperada que triste. La curiosidad los mataba, pero lo único que los detenía preguntar, era la enojada mirada del finlandés, que al escuchar aquello, no pudo evitar enojarse más de lo que ya estaba.

... ¿Con quién estaba? Salió de aquí ¿Verdad? ¿Con quién?

Preguntó al aire esperando una respuesta, cosa que, ellos no lo sabían. Ella se encontró con sus hermanos y el chino en la agencia donde ocurrió el pequeño desliz con la guatemalteca, pero antes de eso, supuestamente, la peruana estaba sola.

Dijo que iba a ir a la biblioteca, pero se fue sola — respondió el ruso igual de enojado ¿Ella de verdad prefería a ese tipo? ¿Por qué? Él era su Alpha, la persona en quien más debía de confiar, quien debe de ser su lugar seguro donde poder llorar tranquila, pero no, ella estaba en los brazos de ese tipo que pedía pocas explicaciones, por sí entender todo lo que pasaba con ella — Tu...

Largo — intervino secamente, pensaron que se los decía a todos he iban a estar en contra completamente, sin embargo, solo volteó su mirada viendo directamente al chileno y guatemalteca —La agencia llamó por ustedes dos, largo, ahora

Pe- Pero...

A pesar de intentar decir lo contrario, la simple mirada del finlandés fue suficiente para que ellos se levantaran de sus asientos agarrando sus cosas para irse, sin preguntar, sin reclamar, después de todo, él era su superior, un asesino de alto nivel que los asustaba sin siquiera decir que era Alpha. Después de todo ¿Quién estaría en contra de un asesino?

La blanquiceleste por su lado, agarró la mano del ucraniano para que se vallan juntos, después de todo, él no tenía nada que hacer ahí, y no le gustaría que viera de esa manera a su hermana mayor. Por otro lado, el chileno solo se despidió con su mano del alemán remarcándole que volvería, pero si o si no estaría más ahí, no ese día, o hasta que el mayor se valla.

Alpha de 3 OmegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora