Capítulo 10 · Tampoco Esto.

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➤IVVY ·


Steven me llevaba de la mano —a escondidas—, incluso me ayudó a subir y bajar de su guagua abriéndome la puerta y cerrándola mientras dejaba besos en mis mejillas, se le notaba demasiado el cambio en su actitud —a la que yo estaba acostumbrada a tratar—, pero me gustaba, aunque eso implicara sentirme súper rara porque él solo era así cuando lograba salirse con la suya y era entonces que mis dudas se hacían notar.

—¿Hay algo que tú quieras decirme, Steven? Porque andas bien rarito, so... Suéltalo, ¿qué traes ahí entre manos?

—¿Qué? —sonrió confundido mientras jalaba una silla y yo me sentaba sin dejar de verlo a la cara, él negó—. Lo último que dije... Te lo voy a cumplir mami, voy a ser otro.

—Eso e’ lo que no me deja quieta de la mente, ¿otro? —dije totalmente desconcertada—. Estás siendo completamente otra persona, tampoco es pa’ que tú finjas ser algo que no eres, Steven.

Noté como eso le molesto, ladeó la cabeza sonriendo de una manera forzosa y luego se mordió el labio inferior antes de volver a verme a los ojos. Yo sin dejar de verlo, sabía que eso le había castrado hasta el fondo de su alma, sin exagerar, pero seguía atenta hasta que soltó un fuerte suspiro y se recargó en el respaldo de la silla mientras entrelazaba sus dedos por encima de la mesa.

—Okay, Ivvy... Por lo visto no te gusta que te traten bien.

Me reí—. No tan bien...

Sonrió casi bufando y negó, dejaba ver gran parte de sus dientes —eso era algo que me encantaba ver de él, su enorme sonrisa sin ser forzada o de esas, para quedar bien—, en fin, se inclinó por encima y tomó mis manos.

—Mera, hija ‘e puta —susurró y yo casi me carcajeé por esos ojos que puso al hablarme así—. Tengo unas ganas cabronas de meterte el bicho ahora, ¿vamo’ al baño?

—Sabes, ¿qué? —me eché para atrás, huyendo de esa tentadora propuesta, sonreí burlona y lo miré a los ojos—. Comamos algo y después vemos si conviene ir pa’ aventarnos un polvito rápido...

—Pues dale, pide ya.

「 Una hora después 」


Estábamos apunto de irnos, ya Steven pidió la cuenta y solo esperábamos a que regresaran con ese ticket para él pagar y poder continuar el día como normalmente lo habríamos hecho.

—¿Cuándo nos veremos pa’ hacerlo? ¿Tonight? —movió las cejas de arriba a abajo mientras sonreía de lado, coqueteando sin disimular—. Me dejaste seco pero quiero más de eso que tú llevas ahí guardao’ pa’ mi.

—Pues, baby... I don’t know —me encogí de hombros riéndome de esa actitud que cogía en esas veces que quería salirse con la suya—. Tengo demasiados proyectos pendientes, debo organizarme y escribir, buscar tiempo para hacer to’ lo que tengo que hacer y ya después veo si...

—¿Hay lugar en la agenda pa’ mi?

Me reí—. Steven, no seas dramático.

—No, no, no... Yo entiendo, estoy un poco saturado también pero, te busqué y dejé de lado to’ por ti.

Asentí, comprendía perfecto y era algo que él siempre hacía —dejar todo tirado y luego estar presionado por haberlo hecho—, aunque también eso me hacía sentir especial, tomé su mano.

—Veré que puedo hacer, ¿ta’ bien?

Rodó los ojos, muy en su papel de víctima y se acercó a mi por encima de la mesa, me dió un suave y delicado beso en los labios, sonrió mirándome a los ojos mientras volvía a recargarse en el respaldo de la silla y asintió.

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