Capítulo 12 · Una Cosa A La Vez.

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➤IVVY ·




—Estuve bien cabrón, yo sé que rompí... To’a la gente estaba como que... “¡Oh my God, is Dei V!” Y yo, pelando el diente, tú sabe’ tengo el flavor... Las gatitas me sonreían, el guiñaito’ ahí, una que otra tirándome besito’ yo bien guillao’... Acho’ es que, no cabe la emoción que yo sentí, todavía no me la creo... ‘Tuvo duro, bien hijo ‘e puta...

—Y se nota, cabrón.

—Hay que pararle a eso de llamarme así, despues de to’ lo que pasó, ¿en serio vas a hablarme como si na’ hubiera ocurrido? —decía con el phillie en la mano, los ojos achinaditos y enfocados sobre mi.

Yo sentada frente a él, con mis codos sobre mis rodillas y mirando hacia arriba mientras bebía un poco de tequila mezclado con squirt y un poco de zumo de china.

—Lo que pasó, David —murmuré pensando—. Estuvo hijo ‘e puta, no lo voy a negar... Me gustó, y es por eso que no sé como tratarte ahora.

—Algo tú tienes...

Asentí despacio, mirando hacia un costado, él me seguía mirando.

—Steven y yo quedamos en un acuerdo.

—¿Un acuerdo? —preguntó con algo de confusión—. ¿Y de qué va esa jodienda?

—Nos dimos un mes pa’ pensarlo, pa’ ver si después de poner en orden nuestras vidas hay un chance de poder seguir con lo que teníamos... Él no quiere dejarme, no quiere separarse de mi y yo...

—¿Y tú tampoco? —soltó con fuerza, interrumpiendo.

—Yo en verdad, que no sé.

Bufó sonriendo con burla, negando y prendiendo ese phillie que ya se le estaba apagando. Yo lo veía atenta, porque realmente no sabía que iba a hacer, Steven es mi debilidad y David lo sabe, me cuesta alejarme porque ya lo conozco —demasiado bien—, y me da miedo irme de su lado para tener que empezar de cero con alguien más, mi confianza en alguien es nula.

—¿Y qué pasó con el “sexo vainilla” y esa jodienda de mantenerlo amistoso?

No respondí.

—Mera, Ivvy. Yo te voy a ser bien sincero —expulsó el humo lento, mirando hacia arriba y luego se sentó al lado mío, pegadito a mi—. No tengo problemas con tener sexo contigo durante este mes... Si tú quieres, podemos hacerlo normal, pa’ pasarla bien.

—¿Tú estás hablando en serio?

De un momento a otro, me pasó el brazo por detrás del cuello y me jaló hacia a él para besarme. Yo sorprendida pero correspondiendo, lo tomé por los hombros y la cara, uniéndolo más a mi, manteniéndolo cerca mientras él me besaba con un desespero que ni yo podía cogerle bien el ritmo.

—Acho’ desde que te vi hoy por la mañana quería hacerte esto —dijo deslizando su mano por mis piernas, acariciando lento desde mi rodilla hasta por el muslo.

—¿Ah?

Una sonrisa se escapó de sus labios en medio del beso, su mano siguió subiendo, acariciando mi piel con la punta sus dedos —yo extasiada—, comenzaba a desesperarme y a ponerme un poquito rápida. David pasando su lengua sobre la mía, mordiendo con suavidad —volviéndome loca—, metió sus dedos haciendo de lado el pantie.

—Mami, pero... ¿Tú ya estás lista? —murmuró sonriendo sobre mis labios, yo con los ojos cerrados asentí y él soltó una risita burlona—. Okay, ¿quieres que siga? ¿Aquí en el jardín?

—Continúa, bebé.

Rió suavemente y abrí un poco mis ojos mientras él metía sus dedos, sonreía al verme hacer gestos —los que yo quería mantener escondidos—, necesitaba mantenerme neutra y silenciosa, pero esos gemidos o gritos ahogados, dejaban de serlo.

—Dale, pero mírame... ¿Te gusta? ¿Te sigo haciendo esto? —decía despacio, sobre mis labios.

Su aliento chocaba con el mío, sus dedos jugando allá abajo, tocando por encima, mojándome en cada roce. David sabía como hacerlo, esto me ponía más ansiosa y como me pedía que me fijara en él, su voz cambiaba y se volvía más profunda y gruesa, mucho más varonil.

Me removí un poco—. Bésame, quiero que me beses...

Lo hizo al instante en que se lo pedí, sus labios succionaban los míos con cierta fuerza, su lengua hacía maravillas, me erizaba la piel y sus dedos, entraban despacio causándome vibraciones.

Aunque bueno, el momento no nos duró tanto y el sonido del timbre nos obligó a parar de golpe. Yo con una falta de aliento cabrona, sudando súper acalorada mientras que David, tenía las mejillas coloraditas y algo de sudor en su frente, le sonreí.

—Es Jenn —confesé.

—Diablo, esa cabrona espanta polvo —negó desviando la mirada y me senté, justo quitó su mano de mi zona.

—Pero dame un último beso... Y que de esto, no se de cuenta ella, ni Omar, ¿okay?

—Ujum.

Me tomó por la barbilla con fuerza, jalándome sin ser un poquito cuidadoso y nos besamos, sus labios rápidamente fueron de uno a otro, saboreando y encajando sus dientes sin lograr lastimarme, al contrario, se sentía súper rico. Nos levantamos y fuimos juntos, sin parar de besarnos hasta la puerta, entre risitas y metedera de mano, lo alejé y este se fue al baño de la sala, yo abrí la puerta aún con una sonrisa y al hacerlo, me quedé en shock.

Ahí estaba Jenn comiéndole la boca a Omar mientras él la tenía acorralada sobre el marco de la puerta.

—Que lindos —me reí justo cuando ellos se separaron, fingiendo que aquí no había pasado nada.

Jenn acomodándose el bucket hat, Omar su gorra y la camisita mientras que ambos veían hacia abajo, yo con una sonrisa los invité a entrar y fue en ese momento que David salió del baño y se encontró con su pana.

—Cabrón, yo te hacía allá por Florida.

—Me escapé por ahora pero mañana viajo pa’ allá otra vez —respondió el tipo saludando a Omar.

Por otro lado, Jenn estaba con una sonrisa malvada en su rostro y me tomó de la mano, guiándome hacia el patio, a donde estaba con David hace un momento.

—¿Se están comiendo? —pregunté emocionada, ella sonrió enormemente.

—Justo como tú y Dei V... Normal, ¿no? Sexo sin compromiso, es lo que to’ el mundo quiere, pocos podemos cumplirlo.

—Yo no...

—A mi no me vas a mentir, con la cara de bellaca esa que tú tienes ahora, ¿me quieres coger de pendeja, Ivvy? —dijo mirándome a los ojos con burla, desvié la mirada y ella rió—. Tranqui, de aquí no sale... Si quieres hacemos una orgía, pa’ entrar más en confianza.

La miré horrorizada y volvió a reírse de mi, aunque ahora a carcajadas, llamando la atención de los dos tipos que estaban en la cocina sirviéndose unos tragos.

—Relájate y cuéntame, ¿como fue su primera vez?

Me tensé por un momento, Jenn rodó los ojos y me dió con el codo.

—No me vas a mentir a mi, ¿o sí? Ustedes ya llevan rato —aseguró.

—Hablamos de eso luego, cuando ninguno de los dos esté aquí...

—Okay, ¿y que pasó con Hozwal?

—Una cosa a la vez, ¿okay?

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