Una Vez Más [Intentos]

Prólogo: El viaje

Antes de empezar quiero dejar en claro que no es la primera vez que publico está historia. Tuve problemas con i cuenta anterior y me ví obligada a eliminar todas las historias, por si a alguno le parece familiar.

Gracias por su atención. No es necesario leer este capítulo, la historia la empezaré a montar desde el próximo lunes [16 de octubre], este es una especie de prólogo. No es obligatorio y no tiene caso nada que ver con la trama, solo es para introducir al personaje principal, Marc.

Espero les guste la historia completa, hasta la próxima, bye.

—Ghostly

Era mayo todavía, casi verano.

Recuerdo cómo solía jugar con mis amigos, o surfear hasta el atardecer, tal vez incluso hasta la madrugada.

El verano siempre fue mi estación favorita, amaba el calor y a la playa, era hermoso.

-¿Estás listo?- Preguntó el mejor idiota que he conocido.

-No-conteste-. Pero no hay de otra.

El apretó mi hombro.

Llevo años con él, ha sido mi mejor amigo desde el kinder. Con todos.

Conocia a casi todo el mundo desde que soy un niño, lo mismo con esta ciudad tan hermosa.

El tren 0103 sale en quince minutos

-Los extrañaremos- dijo mi novia, Cassie.

-Dan asco, idiotas- espetó Lucas.

Los ojos de él estaban rojos, drogados.

-Asco dan tus ojos- le escupí.

Britney no se hizo esperar y se acercó para detener cualquier posible pelea, igual que Myles.

-Ya casi salimos. ¿Tienen sus maletas, cierto?

Lucas y yo nos dimos una última mirada antes de asentir.

-Perfecto. Entonces solo comportense y esperen...

-Sentados y mirando la pared- la Interrumpió mi hermano-. Luego te paso el número de gente que ví, o las veces que respiré, cuánto inhalé, exhalé, tosí...

-Intenta no contar cuántas veces demostraste ser un idiota, no acabarías- comenté.

Yo no era mejor que no él, ni de lejos, pero el resto me lo reservaba para mí. Él único que sabía algo era Myles, solo él. Al menos en ese punto.

-Marc, Lucas, estamos a punto de irnos, por favor no peleen.- Apareció mamá.

Una versión mayor de Britney, con el mismo pelo castaño y la misma piel dorada, más clara que la de mi hermano y yo.

-Estos son sus boletos- empezó a entregarlos-, no los pierdan. Voy por comida.

-Te acompaño.- La siguió Lucas.

-¿Alguna despedida?- Preguntó Brit.

La noche anterior nuestros amigos nos habían hecho una fiesta de despedida, solo ellos siete; Tyler, Derek, Noreen, Shana, Marina, Coly y Jhon.

Pero algo me dice que fueron Shana y Cassie quienes planearon la mayoría, tal vez, si no hubiera sido una sorpresa, Britney también habría participado en la organización.

Cassie abrazó a mi hermana y al cabo de un rato sollozó.

-Me gustaría que no se fueran.-Dijo apartandose de ella.

-A nosotros tampoco nos gusta la idea- murmuré.

-Podríamos rentar algo, juntos, una residencia estudiantil y...

-A mí no me la darán, no soy universitario, perdí el año. Y ya aprobé una beca allá.

Myles me miró de reojo, pero no dijo nada.

-Pero...- No continuó, desistió sin terminar su oración. Sabía que siempre habría un pero, siempre.

La noche anterior se había aferrado a mí en la cama. Todos sus besos y caricias transmitían su nostalgia y su despedida.

Era cruel. Yo solo había querido un poco de placer antes de abandonar mi ciudad, pero ella enserio quería llevar esto a algo más. Vale demasiado como para estar conmigo. Demasiado como para quererme.

-Van a llamar- afirmó Myles -. Tienen que llamar.

-¿Y si no lo hacemos?- Preguntó mi hermana.

-Es comunicación o secuestro, y el pasaje hacia la capital vale más que los dos, ustedes deciden, cuando los tenga cogeré sus billeteras y me pagaré lo que gaste en el pasaje de ustedes.

-El problema comunicativo no soy yo, es él.- Me señaló.

-Entonces tienes suerte, a él lo meteré en trizas en las maletas más pequeñas que encuentre.

Britney sonrió un poco, Myles siempre conseguía eso.

-No puedes contigo, menos vas a poder conmigo. - Le sonreí.

-Ustedes hablando de pelearse y yo intentando que tengamos un momento bonito, que triste.- Dijo Cassie.

Le rodeé los hombros con mi brazo.

-Tranquila, es el precio de ser la única razonable del grupo.

-¿Perdón?- Se indignó Brit.

-Sí, es la única razonable sin síndrome de Tronchatoro.

-Tampoco tan razonable, aún tengo resaca.- Comentó Myles.

Abrió la boca para responder, pero el anuncio de la salida de nuestro tren se le adelantó.

Todos nos quedamos callados, sabiendo que esa sería la despedida, tal vez no la permanente pero una despedida.

Cassie levantó la mirada para despedirse de mí, con lágrimas en los ojos me dió un abrazo parecido al que le había dado a Britney, se lo devolví abrazándola. Fuerte.

Siempre la iba a querer, tal vez no de la manera que habría hecho las cosa más fáciles, pero siempre la iba a considerar como mi amiga.

Myles y Britney también se estaban despidiendo, se dieron un abrazo y cuánto terminaron yo abracé a mi amigo.

Para cuando terminaron las despedidas mis hermanos y yo ya estábamos en el tren, Britney me había llevado un poco de comida, aunque me había negado a comer, y me alejé.

Durante el camino solo pude observar por la ventana las hermosas vistas del mar azul en la ventana mientras el sol salía.

Deje todo lo que había amado en esa ciudad.