14. Cuernos

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Apesar de la presencia del ambiente otoñal, Britney y yo nos levantamos a las seis de la mañana para salir a correr e ir al gimnasio

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Apesar de la presencia del ambiente otoñal, Britney y yo nos levantamos a las seis de la mañana para salir a correr e ir al gimnasio. Eran las ocho de la mañana en ese momento y habíamos hecho una pausa para tomar agua, por lo que faltaba media hora para entrar al gimnasio.

–¿Vamos?– Me preguntó tomando de su botella.

–Llegaremos en diez minutos. ¿Qué haremos los otros veinte?

–Dejarnos morir. Maldito frío.

–Y aún no es invierno, hermana.

Lo cierto era que apesar de todo el ejercicio, el frío seguía filtrándose en nuestros pulmones y ardiendonos en la garganta.

–Vamos a un banco– le dije.

Caminamos por el parque hasta encontrar uno, está vez a paso lento y escuchamos una pelea.

Un hombre robusto, bajo la mirada de una mujer delgada, decrépita inclusive, tiró a una chica de piel morena afuera por el cabello. La chica apenas llevaba un suéter que podría haber sido una pijama.

La chica soltó un insulto y se ganó un golpe del hombre.

–¡Mamá!– Gritó ella.

Reconocí la voz. Zara.

El hombre se metió junto a la mujer a la casa dejándola a ella afuera. Ví como se levantó con un temblor evidente y se acercó a los arbustos cerca del porche. Yo me acerqué con mi hermana siguiéndome el paso.

Ella se escondió ahí, pero al mismo tiempo quitaba una tabla del porche y sacaba un abrigo. Se giró y me miro a mí y a mi hermana.

–No digas nada– espetó.

–Zara...

–No– se tapó con el abrigo–. Iré al centro comercial más cercano a buscar calefacción y listo. Estaré bien y ni Tiffany, Daliah o cualquiera tiene que saber de esto.

–¿Y de cuántas más no se han enterado?

Suspiró.

–Zara lo único que tienes puesto es un suéter que apenas te cubre. Acabo de correr por dos horas y con la ropa de frío adecuada y me estoy congelando.

–Entonces eres un llorón.

–Levantate– le tendí la mano–. ¿Qué?

Una Vez Más [Intentos]Where stories live. Discover now