Una Vez Más [Intentos]

11. Un Traguito. O Dos.

-¿Esté era tu plan?

-No seas tan amargado- me arrastró hasta la casa.

Lo único que me había dicho era que se había enterado de la fiesta por medio de Zara. Estaba seguro que ni ella sabía de quién era la dichosa fiesta.

Apenas me había arreglado, ella, al contrario, tenía puesta una falda corta que me atormentaba y un suéter manga larga que dejaba sus hombros con pecas al descubierto y mostraba un escote leve.

-Nos vamos a divertir.

-Si tú lo dices...

Era una mansión grande. De la típica de niños ricos. Miré a Daliah, y no pude evitar pensar en la diferencia entre nosotros. Ella era casi una princesa y yo había perdido cualquier tipo de bien por una mala inversión de papá.

En comparación a esos niños de papi, no tenía nada que ofrecer. Aunque yo había sido un niño de papi hace un tiempo.

-¡Daliah!

Un grupo de chicas que no reconocí la saludaron. Y no fueron las únicas. A diferencia de mí, ella atraía a la gente con su escencia, mientras yo me alejaba, no porque me molestara, si no porque entendía por qué la gente se acercaba a ella. Era la típica popular por ser quien era, linda y amable.

Además, después de lo que me contó sobre la situación con sus hermanos entendía el por qué deseaba divertirse.

Después de un rato, le dije que podía pasar tiempo con sus amistades y le mentí diciendo que había encontrado gente que me caía bien para que ella no se sintiera culpable al dejarme solo. No conocía ni a la mitad. Y aunque estoy seguro de que nadie del lugar era mayor de edad, me permití beber dos cervezas. Después de todo, me haría mayor de edad el día siguiente, aunque mi familia y amigos eran los únicos que lo sabían.

Iba por la tercera cerveza, aún sobrio gracias a mucho tiempo de convivencia con Shana, Myles, Britney y Derek, cuando ví a una chica rubia cerca de mí.

-Marcos, ¿Has visto a Daliah?- Me preguntó Tiffany.

-Pensé que debía a estar con una de ustedes. Hace ya un rato que se fue con un grupo.

-Zara ya la está buscando por la piscina, pero no la hemos visto y nos preocupa un poco.

Bebí de mi trago antes de decirle que la ayudaría a buscarla. Subimos al segundo piso, dónde Tiffany la vió apoyada en la pared. Mareada.

Me acerqué a ella con rapidez y noté su cara de confusión.

-¿Quién... ?

-¡¿Quién te dió alcohol?!- Le preguntó Tiffany.

Deje que Daliah se apoyara en mí, no parecía tener mucha firmeza.

-No... No tomé. Pedí jugo, pero... sabía raro...