01. Funeral

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Estaba muerto. El gran mago, el elegido.

¿Cómo sucedió todo?

En un momento estaba de pie y al siguiente una luz verde lo llevó al otro mundo.

Heaven no dejaba de lamentarse.

Lo amaba con cada fibra de su ser; odiaba el hecho de que fuera el elegido, odiaba la posibilidad de perderlo. Al final, su mayor temor se hizo realidad.

«¿Por qué él? ¿Por qué mi Harry?»

Tan diferentes y tan iguales a la vez. Un león que solo protegía a una serpiente; una serpiente que daba todo por un león.

Toda una vida juntos. Compartieron vientre, cuna e incluso traumas. Y ahora se preparaba para sepultar a su hermano.

«¿Por qué no fui yo?» Se preguntaba.
«Me lo merezco. Soy una horrible persona. Debí ser yo.»

Harry había deseado tanto vivir y poder ser libre, disfrutar la vida como un adolescente normal, tener tranquilidad y felicidad junto a su familia. Una lástima que eso no podría ser.

No podía reconocer su propio reflejo, estaba más delgada de lo normal, tenía ojeras profundas y la palidez en su rostro era extrema. Las heridas desaparecieron gracias a las pociones que fue obligada a beber.

Terminó de cambiarse y salió de la habitación de Ginny, se estaba quedando en la Madriguera por cuestiones de seguridad.

Recorrió el pasillo hacia las escaleras, pero se detuvo cuando notó la última puerta abierta. La habitación de Fred y George.

Fred, el recuerdo de su cuerpo sin vida en lo que solía ser el gran comedor estaba grabado en su memoria. Las promesas que se hicieron eran igual de dolorosas.

Un futuro juntos.

Una punzada de dolor atravesó su ya malherido corazón, haciendo que apartara la mirada y continuara con su camino. Llegó a la pequeña sala donde ya se encontraban todos listos.

Nadie dijo una sola palabra y, mediante polvos flu, aparecieron en la antigua Potter Manor en el Valle de Godric. Harry Potter sería sepultado en el mismo cementerio que sus padres, pues es lo que pidió en todas las ocasiones que llegaron a hablar de la muerte y, por petición de Heaven; Fred, Remus y Tonks serían sepultados en el mismo lugar.

La única familia presente eran los Weasley, Granger y la última Potter, siendo esta una ceremonia privada, pues aunque Voldemort estaba muerto, aún habían Mortífagos sueltos.

Molly Weasley dijo unas palabras hacia su hijo, agradeció a Harry su sacrificio y se despidió de Remus y Nymphadora. Arthur Weasley fue el siguiente, agradeciendo a los cuatro por su valentía y jurando que atraparían hasta el último de los Mortífagos para finalmente vivir en paz.

Bill y Charlie siguieron después, intentando bromear para hacer el ambiente más ligero, prometiéndole a Harry cuidar de su hermana. Percy y George no tuvieron la fuerza suficiente para hablar, ambos lamentaban la pérdida de su hermano; el primero porque observó en primera persona la muerte de su hermanito y el segundo porque perdió a su otra mitad.

Las palabras más hermosas salieron de Ron, despidiéndose de su hermano y deseándole un buen viaje a la otra vida, llorando cuando se dirigió a su mejor amigo; agradeció todo el tiempo que pasaron juntos, el apoyo que le brindó y admirando su valentía, jurando velar por la seguridad de su hermana.

Ginny Weasley se acercó a las cuatro tumbas, su vista paseándose entre su familia buscando un poco de consuelo, pero fallando al encontrarse con los ojos esmeralda de Heaven Potter, esos ojos idénticos a los de el difunto amor de su vida. Las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas, sin intención de detenerse; Ron fue quien se acercó a abrazarla y la regresó con su madre.

Heaven no quería hablar, no había palabras para describir el dolor que estaba sintiendo. Su otra mitad se encontraba enterrada tres metros bajo tierra; su primer y único amor lo acompañaba. Ni hablar de su tío Remus y su esposa, quienes dieron su vida por un bien común. Ella no tuvo el valor para hablar.

Hermione lo único que pudo hacer fue aparecer flores en las cuatro lápidas, las más hermosas y brillantes, siendo lo único que le daba vida al lugar. Se sintió incapaz de articular alguna palabra, pero agradeció en sus pensamientos a los caídos en guerra.

Poco a poco todos se retiraron a Potter Manor, dejando a Heaven sola.

Primero se acercó a Remus y Tonks, durante un par de minutos no dijo nada y se dedicó a pasar sus dedos suavemente por las lápidas, hasta que finalmente decidió despedirse.

–Lamento mucho todo esto, nada salió como esperábamos..., les juro que cuidaré de Teddy. Jamás permitiré que algo malo le suceda, y prometo hablarle siempre de ustedes, de lo mucho que lo amaban y cómo es que se convirtieron en héroes. Nada le faltará, lo juro.

Se movió hasta quedar a un lado de la tumba de Fred.

–Freddie...–no pudo contenerse y comenzó a llorar–. Lo siento mucho, Freddie, por favor perdóname... jamás debí pedirte ir allí, jamás debí separarte de George –ahora estaba sollozando sin parar–. Teníamos tantos planes y ninguno podrá hacerse realidad, y todo es culpa mía.

»No hay nada que pueda hacer o decir para que regreses, porque sé que eso nunca pasará... solo espero volver a encontrarnos y que tengamos nuestro final feliz.

Se limpió las lágrimas de sus mejillas y respiro profundo intentando mantener la calma, finalmente se arrodilló frente a la tumba de Harry.

Su mente iba y venía entre recuerdos y momentos juntos. El primer cumpleaños en el que la tía Petunia les permitió hacer un pequeño pastel; o la vez que golpeó a unos niños más grandes por molestar a su hermano en el parque. El día que llegaron sus cartas de Hogwarts y como prometieron que no se separarían después de quedar en diferentes casas. El hecho de que ambos estuvieron en el torneo de los tres magos. Cuando le pidió liderar junto a él en el E.D. La pelea que tuvieron cuando descubrió la marca de los Mortífagos en su antebrazo; incluso en cómo cuidó de ella después de que Bellatrix Lestrange la dejara marcada de por vida.

Su pecho ardía tanto que pensó que explotaría, sus manos temblaban y la respiración comenzó a fallarle. No podía aceptar el hecho de que su otra mitad murió, que ya no vería sus ojos ni escucharía su risa. Ya no tendría a quien abrazarse durante las noches cuando las pesadillas la atormentaban. No habrían mas aventuras peligrosas, tardes de quidditch o escapadas de media noche.

–Mi valiente hermano, daría lo que fuera porque estuvieses aquí a mi lado, abrazándome y diciéndome que todo estará bien, que por fin lo logramos. Lo lograste, Harry. Eres el héroe más grande que conozco y es un honor ser tu hermana. Salvaste al mundo mágico... me salvaste, lamento no haber hecho lo mismo.

»Estos días han sido duros para todos, pero los Weasley se han encargado de estar siempre conmigo. Espero que estés con mamá y papá, por favor diles que los amo, estoy segura que Sirius y Remus están con ustedes, siendo una familia como siempre soñamos –su voz se distorsionaba por los sollozos.

–Perdóname por todo el daño que causé, pensé que si era una de ellos podría protegerte como tú lo hacías conmigo, pero estaba equivocada. Mi intención nunca fue dañar a nadie, aún así no se puede ser inocente después de recibir la marca –alzó la manga izquierda de su suéter dejando verla, seguía siendo perfectamente visible.

»Espero que si hay vida después de esta, tengas una familia amorosa que te cuide, tal vez en otra realidad seamos felices. Hasta vernos de nuevo, Harry... ya eres libre.

Skyfall | Carlisle CullenWhere stories live. Discover now