21. Apuesta y un beso

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Heaven odiaba la tranquilidad. No le gustaba para nada; la hacía sentir ansiosa, como si algo fuera a arruinarlo todo.

Pero se obligó a sí misma a alejar ese sentimiento y disfrutar la paz a su alrededor.

Justo ahora iban camino a la casa de los Cullen, de ahí irían al campo donde jugaron béisbol. Le prometió a Emmett por llamada que le enseñaría a volar en escoba, además, Esme y Rosalie no dejaron de pedirles que llevaran al pequeño Teddy, así que su padre los acompañaba junto al lobito.

Orblash estacionó afuera de la gran casa de los vampiros y bajaron; la rubia fue la primera en salir, emocionada de volver a tener al bebé entre sus brazos, Emmett la seguía de cerca, sus ojos brillando al ver a su otro compañero.

Carlisle se apresuró a alcanzar a Heaven.

–Hola –saludó un poco tímida, el vampiro la ponía nerviosa.

–Hola, Heaven –le sonrió con dulzura, dejando un suave beso en su frente. Se rio bajito al verla sonrojada–. ¿Te sientes mejor?

La noche anterior después de llegar a su casa, Hermione le informó a Edward que la pelinegra estaba resfriada y se negaba a tomar una poción, pues no quería vapor saliendo de sus orejas durante horas.

–Si –asintió con una sonrisa–. Gracias por las medicinas, no debiste molestarte.

–Nada que tenga que ver contigo es una molestia para mí. Ahora eres mi prioridad –la intensidad en sus ojos la hizo sonrojarse más.

–Oigan tortolitos, ¿van a besarse o podemos irnos? –canturreó Emmett con burla.

Todos se rieron cuando ambos se separaron un poco, avergonzados. Regulus estaba feliz de ver a su hija avanzando con su compañero. Un suspiro involuntario salió de él; esperaba que Carlisle cuidara a su pequeña.

El rubio tomó la mano de la azabache y caminaron hacia los demás. Quedaron divididos en dos carros; Regulus con Teddy, Rosalie, Esme, Draco y Emmett irían en la Jeep del último. Carlisle, Heaven, Hermione, Edward, Alice y Jasper irían en una camioneta del doctor.

El vampiro mayor alzó por la cintura a su compañera, ayudándole a subir a la camioneta. Le causó ternura que no alcanzara debido a su estatura, podía apostar que apenas alcanzaba el metro sesenta.

–Gracias –Heaven le dijo, nuevamente sonrojada. Se maldijo a sí misma por eso, ¿cómo podía sonrojarse cada vez que Carlisle Cullen estaba cerca de ella?

Después de que el vampiro comenzara a conducir, la bruja tuvo una pelea interna; deseaba sostener la mano del rubio. El lector de mentes sonrió al captar el pensamiento de la compañera de su padre.

Armándose de valor, puso su mano sobre la de Carlisle, la cual reposaba sobre la palanca de cambios. Él sonrió con felicidad, tomando su mano, la acercó a su boca y le dio un beso en el dorso, para después entrelazarla con la suya.

El viaje fue rápido y silencioso, los vampiros evitaron hacer cualquier ruido que pudiese perturbar la paz de la -esperaban- próxima pareja. Jasper sintió las emociones de todos: felicidad, amor, euforia, nervios..., ¿preocupación? Volteó hacia Hermione, quien mordía la uña de su pulgar, viendo con disimulo hacia su amiga.

El empático susurró muy bajo hacia su hermano, quien gracias a su oído súper desarrollado pudo escucharlo. Tomó con suavidad la mano de la castaña entre las suyas, sonriéndole cuando lo volteó a ver.

Skyfall | Carlisle CullenWhere stories live. Discover now