🥀Capítulo 2: El límite de Gryde🥀

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La Luna brillante era la única testigo del encuentro entre Edward y Aurora. El pecho de este saltaba, ni siquiera él sabía si era por presenciar tal belleza o por el susto de encontrar a alguien así, en un bosque tan horroroso como todo ser humano pensaba. Su mirada solo estaba enfocada en ella..

«Que hermosa, ¿tal belleza es capaz de existir?» se dijo a sí mismo aquel muchacho con un porte tan espléndido. Era claro que ella existía, las dríades eran muy conocidas por su belleza y esencia de vida.

—¿Qué hace un humano en nuestro bosque?

Tras preguntar a aquel individuo, Aurora adelantó un paso mientras que de su mano yacía una luz blanca brillante. El muchacho se convertiría en el primer humano sobreviviente del ataque de una dríade.

—Perdóneme, señorita, no era mi intención asustarla.

Tratando de calmarla este se echó para atrás. La presencia de aquella luz le dió por entendido que la chica era, nada más ni menos, que una de las protectoras del Bosque Gryde.

—¡Váyase de nuestro territorio antes de que se arrepienta!

Aurora le amenazó y alzó la mano, dejándole claro que iba a suceder si no se iba.

—De acuerdo, me iré, pero antes... —mantuvo la frente en alto y sin temor ninguno le preguntó. —¿Puedo saber su nombre?

—¿Cómo osas preguntar por mi nombre? ¡Le dije que se fuera!

Ella se sentía frustrada y nerviosa al ver que el humano no tomaba su advertencia. Controlada por la ira soltó la bola de luz brillante hacia Edward y le dió de lleno, provocó que este cayera al suelo.

—¡Oh, no! ¿Qué hago ahora?

Al ver como lastimó a un humano sin intención alguna, decidió llevarlo al límite para abandonarle en las afueras del bosque. Edward flotaba en el aire mientras que Aurora, con la mano extendida, apartaba del camino los arbustos encontrados a su paso. El vestido rozaba el suelo, luciérnagas alumbraban el alrededor de los dos debido a la noche. Al arribar el límite de Gryde alzó la mano derecha, dejó al chico con suavidad en el suelo y le miró por unos segundos.

—Perdóname, pero no tenías que haberme cuestionado.

El hechizo lanzado por Aurora solo hacía dormir por unas horas a su objetivo. Lo mejor era retirarse del lugar, en caso de que el humano despertara. Con las palabras dichas ella dió la espalda y se alejó del límite en dirección a sus aposentos.


🥀🥀🥀

El sol era brillante en el Bosque Gryde. Dos pequeñas aves se posaron en las caderas de Aurora y provocaron que esta despertara. Las aves volaron al notar los movimientos de su cuidadora, quien tras un bostezo en compañía de un estiramiento abrió los ojos. Al instante, se acordó de aquel acontecimiento con el humano misterioso.

—Cierto, anoche, ¡el humano!

Partió con rapidez al límite del bosque, donde había dejado aquel chico, y abandonó sus deberes en el proceso.

Dalia presenció aquella acción y le gritó:

—¿Adónde vas, hermana?

—¡Dile a la reina que pronto vendré a retomar mis tareas!

Tras responder a su amiga empezó a correr más rápido, hizo que el vestido se le rasgara con las ramas de los arbustos que se interponían en el camino. Este, de color verde, largo y que tocaba el suelo se tornó uno que le llegaba a las rodillas. Ostentaba pequeños daños causados por la rapidez de sus pasos.

Cuando llegó al lugar de su despedida con aquel humano, miró alrededor pues él ya no se encontraba ahí. Buscó por unos segundos la presencia de este, un instante después se dió cuenta de había traspasado los límites del Bosque Gryde.

Fuerza de amorWo Geschichten leben. Entdecke jetzt