Capítulo 7: Hermandad.

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Toda Paradise yacía en silencio, las calles se encontraban vacías, un día de celebración se había vuelto de luto. Aquel sentimiento de tristeza me había inundado a mi también, durante el camino de regreso abrace a Lucy igual que cuando tenía 6 años, mi hermanita era muy sensible a la magia, por lo que un hechizo tan horrible como muerte la había dejado marcada, pero no solo ella, el carruaje donde viajábamos también se encontraba en silencio, Mary se encontraba a mi lado sin decir nada mirando hacia el suelo, mientras el duque Fernández miraba por la ventana sujetando con firmeza la mano de la señora Mónica quien reposaba su cabeza sobre el hombro de su esposo.

Al llegar lleve a Lucy a su habitación junto con Mary, mientras el duque Fernández y su esposa se alejaban para hablar tomando el camino contrario a nosotros.

–Hermanito... vamos a estar bien verdad.

Me pregunto Lucy aferrándose a mi mano, mire hacia ella e intente sonreírle para calmarla, pero no podía.

–Lucy, no te preocupes, dentro de los muros estamos a salvo, Paradise es la ciudad más fuerte de todo el mundo.

Hablo Mary con una gran sonrisa tomando la mano opuesta de Lucy, su voz tenia con una confianza pocas veces vista, o eso pensaría cualquiera que no la conociera, Mary sabía como tranquilizar a otros en especial a los niños, su voz era calmante para los oídos y sabia usar sus pocos conocimientos a su favor.

– ¿Es verdad hermanito?

Me pregunto Lucy, lo militar era lo mío y la pequeña era consciente de ello.

–Los muros de Paradise son impenetrables, los cuales tienen su origen en una ciudad Atradishe llamada Ivarig, capital del reino de Miss.

–¡Noooooo!

Grito Lucy interrumpiéndome, inflo sus mejillas con enojo mientras me miraba antes de hablar.

–No puedes contarme un cuento así como así, ya sabes cómo me gustan hermanito.

Solté un suspiro antes de sonreír genuinamente, su capricho me relajo levemente, los cuentos eran algo especial para nosotros, para ella un cuento especial debía ser contado tras beber un vaso de leche caliente, y estando lista para dormir, aunque aún era temprano para ella, sin embargo, hoy podría hacer una excepción.

–Bien, Mary... ¿puedes?

–Sí, traeré chocolate caliente para ambos y unas galletas, Lucy ponte tu pijama.

Hablo Mary pasando a modo sirvienta, pero con su tono amable característico, casi maternal para Lucy, a lo cual mi hermana asintió.

–Bueno, entonces.

–Tú vienes conmigo hermanito.

Antes de que pudiera decir algo Lucy empezó a empujarme hacia su habitación dejando a Mary atrás.

Pronto llegamos a su cuarto, bien acomodado por las sirvientas, una cama de buen tamaño con unas cortinas rosa claro, así como muchos peluches amontonados en una esquina cerca de un librero repleto de decenas de libros, junto a este un pequeño escritorio con algunos pergaminos.

Mientras Lucy se cambiaba fui a buscar una silla en otra habitación pues sabía que Mary también requeriría una.

–Ya estoy lista hermanito.

Me hablo al verme entrar estando ya sobre la cama, deje la silla a un lado, acerque una mesa a la cama junto con la única silla que Lucy tenia.

–Bien esperaremos a Mary ya no debería tardar mucho.

Dije sentándome al lado de la cama de Lucy mientras intentaba recordar la historia que le contaría.

–Sabes... como está la ciudad ahora... me recuerda mucho a Horizon.

Alma de Fuego: Arco de Paradise.Where stories live. Discover now