Diez

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'Descubriendo verdades'

Al bajar y estar entre esas calles me puse a pensar sobre papá y definitivamente hay algo mal entre él y Eulalio. Es obvio.

Si decido alejarme de aquí como sabré que no me perderé, a pesar de tener los teckj conmigo no me confío y papá tomará su tiempo buscando lo que sea que busca en la videovigilancia.

—Entonces, nos encontramos de nuevo y me pregunto si esta chica anda escapando o por fin Teseo dejo salir a su pequeño tesoro de su jaula dorada.

Dae. Idiota.

—Y yo me pregunto si tu me andas persiguiendo o no tienes nada interesante que hacer por ti.

La risa que broto de sus labios fue algo atípico. Bajó de la moto acercándose a mi con paso firme, cuando estuvimos cara a cara subió su mano hasta posarla en mi mejilla, acercó su rostro al mío y cuando vi sus intenciones di dos pasos atrás.

—Tienes un serio problema con respetar mi espacio personal —hablé retomando la compostura.

—¿No puedo besarte? —preguntó con una sonrisa arrogante.

—No, es obvio. Si creíste que solo porque lo permití ayer iba a seguir pasado dejame sacarte de tu equivocación, no me interesa tener nada contigo, ni que te sigas insinuando y muchos menos que hables en mi cabeza sin permiso.

Otra risa, esta vez sacudió su cabello con la misma mano que puso en mi mejilla.

—Eres interesante, la verdad es que esperaba justo esa reacción de ti Azery, no esperaba besarte con facilidad simplemente descubrí que me gusta molestar —enarque una de mis cejas ante su cinismo. —¿Qué haces aquí?

Su cambio de tema me descolocó pero trate de no ser obvia.

—¿Te gusta molestar? Vaya, y con que facilidad —respondo a la vez que señalo el edificio en el que esta papá. El levantó su cabeza hasta llevar su mirada hasta el último piso de ese.

—¿Es día de llevar a los hijos al trabajo o por que te trajo?

—¿A que viniste? —pregunté cruzando mis brazos, porque esa conversación no esta llevando a nada y la verdad es que ya me dieron ganas de caminar.

—Te sentí abrumada y quise venir por ti —dijo como si fuese lo diario.

—¿Me sentiste? —no es la primera vez que dice algo así.

—Los Kas tienen esa facilidad, puedo sentirte y tu también puedes hacerlo si lo deseas, solo abre tu mente y ven hacia mi.

—¿Es tu manera de coquetear? —solté con hastío. —Me aburro, tengo poco tiempo así que caminaré un poco.

Empecé a caminar en dirección contraria de donde él se encuentra ¿Todos los hombres son así de exasperantes? O será porque Bon y él comparten neuronas.

—Azery —su mano en mi brazo me hizo detener. Bufé. —Te puedo llevar a donde quieras.

—Bien —acepté. —Quiero ir al Kólasi.

La verdad es que no sé me había ocurrido ningún lugar por visitar pero ahora que esta él y se esta ofreciendo con tanta amabilidad debo aprovechar.

—Ahí no Azery, en las mañanas hay entrenamiento y es un total desastre —me solté de su agarre.

—Entonces quiero ir donde Eulalio. Si eres hijo de un gobernador es probable que sepas donde se encuentra —dije con seguridad, si quiere ayudar ¡bien! que lo haga, y si no pues supongo que tendré que caminar mucho.

El defectoWhere stories live. Discover now